Amazon ha presentado su FireTV. Un dispositivo que ofrecerá contenido digital en cualquier televisión por noventa y nueve dólares, unos setenta euros, y que según el vicepresidente de la empresa, Peter Larsen, tiene tres veces más potencia y rendimiento que cualquiera de sus competidores.
Cuenta con un procesador de cuatro núcleos, 2GB de RAM y una unidad de procesamiento gráfico (GPU) dedicada. También consta de WiFi de doble banda por lo que las aplicaciones y los vídeos se descargan y se pueden ver en streaming de forma inmediata. Es compatible con una resolución de alta definición de 1080p y el sonido envolvente Dolby Digital Plus. Viene acompañado de un control remoto que funciona con Bluetooth.
Ofrece un servicio denominado ASAP (As Soon As Posible) que permitirá predecir los programas de televisión y películas que el usuario querrá ver. Se supone –explica Dave Smith en un artículo publicado en ReadWrite– que va aprendiendo con el tiempo, por lo que sus recomendaciones irán mejorando con el uso.
Entre las plataformas de servicios en streaming con las que se ha asociado, se encuentran Netflix, Hulu+, ESPN, Showtime, TED y Disney. La empresa espera que se unan más después de su lanzamiento.
Otras características que ofrece FireTV –continúa Smith– es un servicio especial centralizado para visualizar las fotos de un teléfono inteligente, y a partir del próximo mes, apoyara apps de música y tendrá en cuenta la que ha comprado el usuario en la web de la compañía.
La app de Amazon para niños FreeTime también se ha ajustado a FireTV con una nueva interfaz, muy adecuada para los pequeños y que no podrán abandonar salvo cuando los padres introduzcan una contraseña. Los padres –explica Smith– podrán establecer un límite de tiempo, incluso personalizar el contenido según el día de la semana.
También ofrece juegos y desarrolladores como Sega, Double Fine, Disney, e incluso el juego Minecraft se encuentran entre sus proveedores. Además, la empresa espera crear sus propios juegos a través de su Amazon Game Studios. Estos juegos serán muchos más baratos –concluye el artículo– con un precio medio que no llegará a los dos dólares, un euro y medio más o menos.