Primero fue Facebook la que decidió hacerse con una empresa de mensajería privada como WhatsApp, más tarde el Chat de Viber fue adquirido por Rakuten. Estos parecen indicios de que las plataformas de los medios sociales ven en la mensajería privada algo suplementario que les puede interesar. ¿Pero cuáles son las ventajas y desventajas de cada una de ellas?
En artículo publicado en Mashable, Kurt Wagner analiza cada una de estas plataformas:
Los mensajes de Vine: Ha sido la última plataforma social en incluir mensajería privada. Su producción de vídeo no tiene igual, por lo que sus mensajes mediante vídeos es una de sus grandes ventajas. Es una lástima –informa Wagner– que sus usuarios no puedan mandar vídeos desde sus cámaras ni tampoco se puedan mandar mensajes de grupo.
Los mensajes directos de Instagram: Hace meses que esta red social lanzó a bombo y platillo su función de mensajería, pero desde entonces poco más se ha oído acerca de este servicio. Y esto no supone un punto negativo en cuanto a sus cualidades –comenta Wagner– simplemente no ha tenido el suficiente calado para hacer de esta característica uno de sus puntos fuertes.
El Messenger de Facebook: Según el periodista, esta parece ser la aplicación más “robusta”. Cuando Facebook compró WhatsApp surgió la duda, ¿dónde encaja ahora Messenger? Éste permite realizar llamadas de teléfono gratis a través de Wi-Fi, lo que parece ser otra tentativa de Zuckerberg para conectar el mundo online.
Mensajes directos de Twitter: Este servicio ya lo ofrecía esta red social desde su aparición, por lo que sorprende que no se haya desarrollado más en los últimos años –comenta Wagner. Se pueden enviar mensajes con imágenes, pero no se pueden enviar vídeos. No se pueden crear mensajes de grupo y cada mensaje individual está limitado a los famosos 140 caracteres. Es por lo tanto –asegura– una oferta bastante simple.
Snapchat: Se lanzó en julio de 2011 y desde entonces su punto fuerte siempre ha sido el saber que los mensajes que se envían duran un corto período de tiempo en el dispositivo del receptor. El peligro está en que los destinatarios pueden hacer una captura de pantalla, por lo que el quid de la cuestión está en tener un grupo de amigos del que siempre te puedas fiar.