Twitter tiene un plan para atraer a las masas que no gusta a sus usuarios más fieles

Que Twitter se está muriendo quizá sea una afirmación exagerada, pero los nuevos planes de la compañía y los cambios en esta red social para llegar a más audiencia, no son del agrado de los usuarios más antiguos, tal y como informa Selena Larson en un artículo publicado en ReadWrite.

Que Twitter se está muriendo quizá sea una afirmación exagerada, pero los nuevos planes de la compañía y los cambios en esta red social para llegar a más audiencia, no son del agrado de los usuarios más antiguos, tal y como informa Selena Larson en un artículo publicado en ReadWrite.

Según esta periodista, se ha exagerado mucho en lo referente al fin de esta red social. Aunque se confiesa usuaria fiel de este microblogging, no le agradan los últimos cambios adoptados por la empresa, pero no cree que esto suponga su fin, sino más bien una transformación en ese intento de la compañía por aumentar su número de usuarios.

Dick Costolo, director ejecutivo de ventas de Twitter, se ha referido siempre a esta red social como una “plaza de pueblo” en la que millones de personas comparten noticias, pero en sus últimas declaraciones, esta metáfora ha cambiado y ahora la compañía apuesta por hacer de esta red un “compañero amistoso”.

Con este cambio –explica Larson– las personas no están en la necesidad de tener que contribuir con un tuit continuamente o de ver la televisión y twittear lo que están viendo de forma simultánea. No hay ni un medio de comunicación ni un anuncio publicitario que no incluya un tuit o una mención, por lo tanto, la gente es consciente de su existencia, pero lo que no saben –aclara– es por qué deben utilizarlo.

Twitter, en opinión de esta periodista, se enfrenta a un problema de identidad. Está luchando por convertirse en la aplicación imprescindible para todo el mundo, mientras que para aquellos usuarios que han sido desde siempre fieles a esta red y que confían en ella como un medio para conseguir noticias relevantes cuanto antes, les está defraudando.

En definitiva –concluye– la compañía ha decidido asumir estos riesgos en su afán por llegar a doscientos cincuenta y cinco millones de personas más, aunque esto suponga dejar por el camino infelices a unos cuantos usuarios


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