Andrew Roskill, fundador de CreateSpace, explica desde su experiencia personal en un artículo publicado en GoodeReader, cuáles son los problemas que ha identificado en las plataformas de préstamos de ebooks en bibliotecas y su convencimiento de que estas pueden convertirse en las mayores defensoras de los editores.
En un primer momento, cuando Roskill fundó CreateSpace, se desarrolló un servicio de impresión bajo demanda (POD) que fue adoptado por decenas de autores independientes y pequeños editores. Cuando se lo propusieron a las grandes editoriales y les mostraron el incremento que esta decisión supondría en sus ventas, en un principio pareció convencerles, pero en el último momento, siempre se echaban atrás.
BiblioBoard, otra de sus empresas, surgió para dar solución a los problemas que giraban en torno a las plataformas de préstamo de contenido digital en las bibliotecas. Como por ejemplo que los socios no utilicen los libros electrónicos a través de estas plataformas y lo hagan a través de empresas minoristas como Amazon, las interminables listas de espera por un libro o los recortes en los presupuestos.
A esto, Roskill añade el miedo que tienen en estos momentos los editores, ya que sus modelos tradicionales se encuentran amenazados. Tienen miedo de Amazon, de la democratización de la distribución de los libros o de la “canibalización” de las bibliotecas. En definitiva –añade– tienen miedo de lo desconocido, del cambio.
Pero lo que no se tiene en cuenta, en su opinión, es que las bibliotecas se están convirtiendo en un vehículo muy eficaz para los autores independientes y que pueden jugar un papel muy importante en la reducción de las diferencias que existen entre el contenido al que pueden acceder los consumidores de pago y sus socios.
El primer paso que habría que dar –concluye Roskill– es entender la posición del otro y encontrar un modelo adecuado para ambos, bibliotecas y editoriales, ya que el actual no funciona. Las bibliotecas pueden actuar como uno de los mayores defensores de las editoriales, pero está claro que les es imposible recomendar o promover ciertos contenidos a los que sus usuarios no pueden acceder con facilidad.