Varios estudios demuestran que el boca a boca es la principal forma de descubrir libros para los lectores. Las redes sociales pueden acelerar el boca a boca y el descubrimiento de libros desde dispositivos móviles.

Estas palabras de Otis Chandler, fundador y director ejecutivo de Goodreads, ponen el acento en el aspecto más social de la lectura, que será el motor de cambio en el mundo de la edición en los próximos años, según predice Chandler.

Chandler sabe bien de lo que habla, puesto que GoodReads ha sabido tomar partido de lo social gracias a las posibilidades de los medios sociales. Este servicio no es sólo una estantería de libros, sino que ha dirigido la forma en que los lectores descubren nuevos títulos a través de sus conexiones con otras personas, explica Mercy Pilkington en un texto publicado en GoodeReader.

Goodreads ha liderado un proceso de innovación en los últimos años, explica Pilkington, pues ha construido un sitio con unos diez millones de usuarios, una infraestructura alrededor de las recomendaciones de libros y, finalmente, ha sido comprado por Amazon, que ha integrado nuevas e interesantes características en él.

Una de ellas es Pregunta al autor [Ask the author], lanzada la pasada semana, que permite a los lectores contactar directamente con sus autores favoritos y proponerles preguntas a través de Goodreads.

Pregunta al autor tiene la finalidad de crear conexiones más profundas con los lectores, según palabras de Chandler, reproducidas por Pilkington.

A diferencia de Twitter o Facebook, donde la conversación con los autores queda dispersa en diferentes perfiles y oculta por las siguientes publicaciones, en Pregunta al autor la conversación completa se establece en el perfil del autor y se mantiene visible en el tiempo.

«Las recomendaciones de libros suceden en el momento y tienen que ser capturadas en el momento», indica Chandler. Si no, se olvidan. Esto es posible gracias a la aplicación para smartphones de GoodReads, desde la que es posible recomendar un libro en el momento.

La sobreabundancia de contenidos deja de ser un problema para los lectores cuando sienten una conexión especial con otros lectores y con los propios autores, sostiene Pilkington.

El aspecto social de la lectura, motor de cambio en la edición