Roger Chartier habla sobre el sentido de los nuevos espacios para la lectura

Roger Chartier, que ha dedicado su vida a investigar aspectos como la función social del libro y de la lectura a través de la historia, cree que Casa del Lector puede cumplir el papel del ágora griega y ser un lugar "donde la gente se reúne" en vez de optar por quedarse "cada uno detrás de su pantalla".

Roger Chartier, que ha dedicado su vida a investigar aspectos como la función social del libro y de la lectura a través de la historia, cree que Casa del Lector puede cumplir el papel del ágora griega y ser un lugar "donde la gente se reúne" en vez de optar por quedarse "cada uno detrás de su pantalla".
 
En una entrevista para la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, el historiador francés, especializado en Historia del libro y en las ediciones literarias, afirma que existe el riesgo de pensar que la comunidad digital puede conducir a suprimir los lugares, las instituciones donde existe esta otra forma de intercambio de la palabra viva, de la discusión, la deliberación, la crítica, o del placer en común.
 

 
Chartier, director de Estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS), en París, impartió un curso sobre "Creación, edición y lectura: presente y pasado" los días 20, 21 y 22 de mayo de 2014 en Casa del Lector, el centro de la Fundación  en el complejo Matadero Madrid.
 
Refiriéndose a los modelos posibles de sociabilidad, el filósofo opina que la librería electrónica "no debe sustituir a la librería" como lugar, institución o espacio de encuentro. En ese sentido también alude al debate que puede plantearse con la implantación de las nuevas tecnologías en cuanto a por qué hacer el esfuerzo de ir a una biblioteca para leer lo que el individuo "puede leer en su cama frente a su computadora".
 
A su entender, "la biblioteca también es una de estas instituciones del espacio público en que el intercambio en la relación inmediata entre individuos corresponde a otra exigencia, a otra necesidad".
 
Chartier cree que los dos modelos "deben inspirarnos en relación con el mundo de la cultura escrita" al tiempo que advierte de que "un peligro fundamental es la idea de una correspondencia" entre lo físico y lo virtual.
 
Señala que si llegara a considerarse que instituciones como las bibliotecas son inútiles "es porque se piensa que hay una equivalencia de identidad entre una forma y otra". Chartier subraya que él no lo cree así y defiende la articulación entre el intercambio, la lectura,  o la compra a distancia por un lado y los lugares donde se construye una sociabilidad del intercambio. Destaca que esto supone "la presencia en la biblioteca, la visita a la librería, y el conocimiento, la relación con las formas sucesivas en las cuales lectores del pasado han leído los textos que los lectores de hoy pueden todavía leer".

© Copyright Fundación Germán Sánchez Ruiperez, 2010