Sobre el renacimiento de la oralidad en la era digital

La narración oral de historias personales es una forma de comunicación que parece tener un renacimiento en el mundo anglosajón, como una reacción al entorno mediático en el que estamos inmersos. Esta es, al menos, la opinión de Sarah Bennetto, cuentacuentos profesional australiana, comediante y fundadora de Storyteller's Club en el Reino Unido.

 
La narración oral de historias personales es una forma de comunicación que parece tener un renacimiento en el mundo anglosajón, como una reacción al entorno mediático en el que estamos inmersos. Esta es, al menos, la opinión de Sarah Bennetto, cuentacuentos profesional australiana, comediante y fundadora de Storyteller's Club en el Reino Unido.
 
En un artículo que publica en Publishing Perspectives, el periodista Mark Piesing destaca que este club ha crecido en pocos años desde un teatro de cincuenta localidades hasta uno de trescientas butacas donde acuden comediantes como Russell Howard o Sarah Milligan a contar historias desde sitios tan distantes como Edinburgh Fringe o Melbourne.
 
"Contar historias es la forma de arte más antigua del mundo. Ha llegado desde la cueva hasta nuestros días", dice Sarah Bennetto, que ve en el éxito de su Club una evidencia del renacimiento de la narración oral. "Nunca nos cansamos de escuchar una buena historia en el pub y ahora está teniendo un renacimiento, ya que es una nueva manera de conectar con la gente", asegura.
 
Por su parte, Chip Colquhoun, director artístico de Snail Tails, y secretario de UK Society for Storytelling [Sociedad de Cuentacuentos del Reino Unido] está de acuerdo en que ha habido "un aumento de la narración", ya que una amplia gama de organizaciones, como escuelas, diseñadores de videojuegos y agencias de publicidad la consideran importante.
 
Para Colquhoun contar cuentos es básicamente la "transmisión oral de una historia". Sin embargo, él cree que puede dividirse entre la narrativa tradicional, "que a menudo es algo que le ocurre a alguien y que nosotros tomamos y transmitimos, y la narración de cuentos que tiene lugar en clubes como el de Bennetto, donde a menudo la gente comparte su propia experiencia y la transforma en una historia".
 
Para Bennetto, la creciente popularidad de la narración es bastante fácil de explicar. "La gente siente que ocurre algo especial cuando está en Club, algo como una conspiración entre el público y el artista –dice– como si uno estuviera a punto de escuchar algo que no debe".
 
Bennetto establece una diferencia con los espectáculos en vivo donde los espectadores están tan lejos del artista que terminan viéndolo en una pantalla y donde tiene que haber tantas risas por minuto. Para ella su Club ofrece más que eso "algo así como un viaje, más sincero, más íntimo. No tiene por qué ser divertido. Es algo que todos podemos hacer".
 
Sarah Austin Jenness, directora de producción de The Moth, está de acuerdo con Bennetto que hay "gran interés" en la narración oral como movimiento actualmente. The Moth es una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York que también se presenta en Irlanda, Reino Unido e incluso en Kenia con narradores profesionales y aficionados, que trabajan con los directores antes de que lleguen a contar su historia. Nail Gaiman y Salman Rushdie son algunos de los profesionales que han contado sus historias allí.
Coincide con Bennetto en que este tipo de narración realmente conecta con el público porque "parece real", en contraste con "la vida que transcurre en la pantalla".
 
Publicar "historias que nacieron en vivo" en un libro impreso fue un reto –destaca Bennetto. "Escogimos cincuenta historias entre trescientas para convertirlas en transcripciones cuidadosamente editadas" y trabajamos en estrecha colaboración con el narrador original, que mantiene la propiedad de su relato. Ella cree que "realmente se llega a escuchar la voz del narrador de la historia" que emerge.
 
Michael Bhaskar, director de marketing digital en Profile Books, es más reacio a llamar a esto un renacimiento. Profile posee Serpent’s Tail, que publica The Moth en forma de libro en el Reino Unido.
 
"La gente quiere experiencias puras y sin intermediarios en la era de la saturación. Queremos algo real, sea lo que sea, no algo falso o a través de una pantalla", afirma Bhaskar.
 
Mientras admite que hay un punto de verdad en la crítica a los editores que se han volcado principalmente hacia la tecnología digital, cree que la narración oral y su forma digital son "absolutamente compatibles".
 
"A medida que el valor del contenido es degradado en entornos digitales, el valor de los actos en vivo aumenta. Pero estos no funcionan en el vacío, necesitan un soporte que añada profundidad, y peso al contenido y que despierte el interés tanto antes como después" –afirma.
 
Para Hannah Westland, editora en Serpent's Tail, hay una verdadera similitud entre la narración oral y la publicación en tanto que ambas modalidades necesitan "curación y edición".
 
"¿Qué puede ser más simple que las personas cuenten historias verdaderas sobre su vida? Sin embargo –aclara–, es importante subrayar que, como ocurre con la mayoría de las cosas que parecen magníficamente sencillas, lo que realmente hace tan poderosas estas historias es el gran trabajo de ensayo y dirección que supone una actuación en directo, y en la edición impresa hubo una cantidad equivalente de cuidadosa curaduría y edición".
 
De hecho, Westland siente que el éxito de The Moth demuestra que hay "un creciente interés por libros que ofrecen una experiencia similar sin mediación".

  


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