El tortuoso camino del libro traducido en el mercado de los EE.UU.

La publicación de un libro extranjero en los EE.UU. es un proceso bastante complejo, según las respuestas a un cuestionario que Riky Stock, directora de German Book Office New York [Oficina del libro alemán] sometió a veinte editores sobre los factores en juego a la hora de considerar una traducción para el mercado estadounidense.

 
La publicación de un libro extranjero en los EE.UU. es un proceso bastante complejo, según las respuestas a un cuestionario que Riky Stock, directora de German Book Office New York [Oficina del libro alemán], sometió a veinte editores sobre los factores en juego a la hora de considerar una traducción para el mercado estadounidense.
 
Katharina Rapp, en un artículo que publica en Publishing Perspectives señala que todos los editores a los que se les preguntó cómo encuentran los libros extranjeros para adquirirlos estuvieron de acuerdo en una cosa: su fuente preferida es su red de contactos.
 
A veces también consultan catálogos de derechos y boletines, revistas literarias, y diferentes publicaciones impresas o en línea, tales como New Books in German o Words Without Borders, pero la mayoría de las adquisiciones son el resultado de reuniones personales y recomendaciones boca a boca.
 
Ferias del Libro, como Frankfurt y Londres, suponen una gran oportunidad para estas reuniones y con frecuencia facilitan la compra de derechos de traducción.
 
Después de recibir sugerencias, llega la hora de decidir qué libros desean comprar los editores. Si el libro está en un idioma extranjero que no pueden leer, añade Rapp, dependen de sus colegas (muchos editores tienen un equipo multilingüe), de los informes de los lectores, y de muestras de la traducción. La calidad de la traducción es crucial aquí –advierte la periodista– ya que si está mal hecha puede dar una impresión equivocada del original e impedir que el editor se interese más.
 
Stock también preguntó a los editores qué creen que hace que un libro traducido funcione en el mercado norteamericano. Coincidieron en que la actualidad, por supuesto, el estilo del libro, y por encima de todo la calidad, tanto como lo bien que encaje en el programa de la casa editorial.
 
Fiona McCrae, editora en Graywolf Press, señala que en un libro extranjero lo que quieren es que sea una obra que viaje "y que mantenga el sabor de su procedencia".
 
Puede servir de ayuda que se trate de títulos comparables con los que funcionan bien en el mercado norteamericano, opina Daniela Rapp, de St. Martin’s Press.
 
Otro factor a considerar es la financiación de la traducción. Aproximadamente un tercio de los editores encuestados afirma que las ayudas pueden jugar un papel, pero que rara vez son el factor decisivo. La mayoría de los editores, sin embargo, admitió que conseguir una subvención a menudo puede sellar un acuerdo.
 
Declan Spring (directora de Derechos Extranjeros en New Directions) cita un ejemplo: "Con Jenny Erpenbeck hemos sido capaces de contar no sólo con financiación del Instituto Goethe para la traducción, sino también con invitaciones para traer a la autora. Eso ha supuesto una gran diferencia en nuestra decisión de publicar las obras de Jenny y seguir publicándola". "En las editoriales más pequeñas con márgenes menores –agrega Srping–, una subvención podría ser el factor decisivo para una adquisición, debido a que el número de libros que se espera vender para cubrir los gastos puede ser más bajo".
 
Ventas y Marketing
 
Riky Stock también preguntó a los editores si es difícil convencer a los departamentos de ventas y marketing de un proyecto de traducción. Parece que siempre requiere un mayor esfuerzo asumir un proyecto de traducción debido a los costos y la posibilidad de que el autor no pueda ayudar en la promoción del libro en los EE.UU.
 
Christie Henry (The University of Chicago Press) confirma la importancia del autor. "Si el perfil del autor es global y si el tema tiene un interés global –dice–, el marketing es de apoyo. Los medios sociales ayudan, porque los autores pueden tener o lograr una visibilidad superior, al margen de su ubicación geográfica". "Aparte de que el autor sea activo en la comercialización de su libro, las buenas cifras de ventas en el país de origen del libro son siempre un argumento muy convincente" –subraya.
 
Michael Reynolds, redactor jefe de la Europa Editions, dice que su equipo de ventas trabaja muy bien con títulos traducidos y convencerlo sólo es difícil en casos puntuales. "Tenemos que trabajar más duro cuando no están presentes factores como cifras positivas de ventas en el exterior, buenas críticas de títulos anteriores, premios, fuerte gancho inicial, una fuerte inversión en marketing, etcétera", aclara.
 
Por supuesto una buena red de traductores de confianza es muy importante para la mayoría de los editores; a veces son los propios traductores quienes proponen las obras.
 
La publicación de libros traducidos ha cambiado en los últimos años, lo mismo que cualquier otro campo en el negocio editorial. Riky Stock, sin embargo, no cree que esto sea motivo de pesimismo. "Recuerdo que un editor alemán me dijo hace doce años que nunca vendería a una pequeña editorial de Estados Unidos. Sin embargo, como las casas más pequeñas se centran en las traducciones, mientras que algunos de los más grandes rehúyen de ellas, ese editor alemán conservador en particular por supuesto ha cambiado y ahora incluso vende los derechos de traducción a una editorial que publica en digital y sólo se centra en libros literarios".
 
Stock hace ver que al otro lado del espectro está AmazonCrossing, y por eso cree que en el medio hay espacio para muchos más. Confía en que en los próximos años "veremos más literatura, así como libros comerciales traducidos y publicados a través de canales no convencionales".

  


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