Consejos para autores perdidos en el mar de la superpublicación

Bob Mayer, reconocido autor de The New York Times con más de cincuenta títulos, publica en Digital Book World un artículo en el que analiza la situación de los autores ante la edición digital y la proliferación de títulos, y critica la actitud de aquellos que se quejan por el mero hecho de querer mantener la situación privilegia que han tenido antes de la llegada de esta revolución.

Bob Mayer, reconocido autor de The New York Times con más de cincuenta títulos, publica en Digital Book World un artículo en el que analiza la situación de los autores ante la edición digital y la proliferación de títulos, y critica la actitud de aquellos que se quejan por el mero hecho de querer mantener la situación privilegia que han tenido antes de la llegada de esta revolución.

Las ventas han bajado para la mayoría de los autores y en opinión de Mayer se debe a que hay más contenido que nunca.

Asociaciones como Authors United en los Estados Unidos, que representa a menos del uno por ciento de los autores, se envuelven en un manto de nobles intenciones –asegura Mayer– pero el transfondo es siempre económico. Los editores están invirtiendo más dinero en sus autores fetiche, que en aquellos que comienzan su andadura literaria.

Pero en el sector digital la situación es otra. Los lectores encuentran nombres nuevos y apuestan por ellos. Muchos escritores autoeditan sus obras y entienden el negocio mejor que las cinco grandes editoriales que pretenden controlar el mercado –asegura Mayer. Plataformas de autoedición digital como Cool Gus han aumentado sus ventas en un veintidós por ciento: “pocos en la edición tradicional pueden decir algo parecido” –añade.

Authors United afirma que representan la libertad de expresión pero, para este autor, Amazon y otras plataformas han democratizado más la edición. Muchos escritores se han parapetado en la protección de sus agentes literarios y editoriales de siempre, pero tienen mucha más competencia y el negocio de la venta de libros es mucho más brutal.

Por lo tanto, recomienda a los autores que dejen de quejarse de esta situación y comiencen a tomar las riendas. Que empiecen a cambiar su modelo de negocio en lugar de lamentarse de que son los otros los que tienen que cambiar el suyo para seguir manteniendo su status quo.
 


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