Michael Kelley: preocupa cómo se preserván los ebooks en las bibliotecas

Hasta ahora las conversaciones sobre el libro electrónico han estado dominadas por cuestiones como la cuota de mercado o las intenciones de Amazon y en las bibliotecas sobre las licencias para el préstamo y toda su problemática. Sin embargo, a largo plazo hay una preocupación mayor y se relaciona con la forma en que serán preservados los ebooks en el futuro.

Hasta ahora las conversaciones sobre el libro electrónico han estado dominadas por cuestiones como la cuota de mercado o las intenciones de Amazon y en las bibliotecas sobre las licencias para el préstamo y toda su problemática. Sin embargo, a largo plazo hay una preocupación mayor y se relaciona con la forma en que serán preservados los ebooks en el futuro. Así plantea el problema de la preservación de los ebooks en las bibliotecas Michael Kelley en un artículo que publica en Publishers Weekly a partir de la pregunta ¿Cómo conseguiremos que los ebooks no se pierdan en cada vez más profundo agujero de la memoria digital?
 
Kelley señala que a medida que el mercado de libros electrónicos se desarrolla en un modelo de acceso autorizado, los bibliotecarios advierten que están cayendo en el agujero de la memoria digital donde una gran parte de nuestro patrimonio literario un día podría perderse por completo. Ellos mencionan una serie de dificultades para mantener el contenido digital seguro y utilizable, auténtico, accesible y visible debido a una batería de problemas legales, cuestiones de formato, de gestión de derechos digitales, y un ecosistema de negocios que ha sido fracturado por las plataformas propietarias.
 
"La preservación es «el calentamiento global» de los libros electrónicos", afirma Robert Wolven, bibliotecario encargado de los servicios bibliográficos y desarrollo de la colección de la Universidad de Columbia y el vice-presidente saliente del grupo de trabajo digital de la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA). "Todo el mundo sabe que si no hacemos algo ahora, tendremos serios problemas más adelante" –asegura.
 
"La preservación es a menudo reconocida como algo importante", dice Sheila Morrissey, investigadora senior en ITHAKA, una organización sin fines de lucro que ayuda a la comunidad académica en el uso de las tecnologías digitales para conservar y acrecentar el patrimonio académico. En los comienzos de un mercado de libros electrónicos aún en desarrollo, Morrissey reconoce que es fácil "dejar de lado" cuestiones de preservación. Pero a su juicio las bibliotecas y los editores tienen que tomar medidas conjuntas para asegurar que los ebooks que estamos leyendo por entretenimiento y para la investigación puedan sobrevivir a largo plazo.
 
Morrissey, junto con Amy Kirchhoff, administradora de Portico, un archivo digital., recientemente publicaron un informe sobre la Coalición de Preservación Digital (DPC) titulado Preserving E-books [La conservación de los libros electrónicos"]. En el informe, Morrissey y Kirchhoff concluyen que la responsabilidad de garantizar "el acceso permanente a largo plazo" a los ebooks con licencia en las bibliotecas está peligrosamente mal definida.
 
No obstante, aunque las principales preguntas todavía planean, las autoras creen que todavía hay esperanza. El informe DPC llega a la conclusión de que bibliotecas e instituciones pueden negociar los derechos de preservación permanente y asegurarse de que las copias de seguridad no incluyan tecnologías DRM u otros formatos que impidan su uso en el futuro. "La mayoría de los editores querrán preservar su contenido –dice Morrissey– así que todos estos temas pueden ser tratados a nivel contractual".
 
Wolven también opina que "las bibliotecas son los garantes de que las generaciones futuras todavía serán capaces de leer lo que los autores están escribiendo hoy". Pero teme que sin un esfuerzo concertado muchos ebooks escritos hoy podrían perderse y "no estarán disponibles para las bibliotecas en absoluto". La buena noticia es que todavía es pronto. "Los ebooks de hoy no van a desaparecer la próxima semana o el próximo año" –dice, por tanto las bibliotecas y los editores tienen algún tiempo aún para resolver las cosas.
 
"La situación está lejos de ser irremediable –dice– y afirma que la mayoría de los editores se preocupa por la conservación, y hay muchos caminos que explorar".  "Pero –concluye Wolven– les toca a las bibliotecas hacer notar esto, impulsar las cosas en la dirección correcta, y dejar claro que les importa".
 
El artículo completo puede ser consultado en este enlace.
 
 

  


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