Cómo conseguir que tus propuestas sean aceptadas por tus jefes y compañeros: imagínalos como tiburones (Parte II)

En ocasiones las ideas que proponemos son innovadoras pero las personas a las que nos dirigimos no están preparadas para entenderlas. En esta nueva entrega de consejos de Steven Bell para que esas ideas tengan mejor acogida entre compañeros y jefes, se refiere a las más novedosas.

 
En ocasiones las ideas que proponemos son innovadoras pero las personas a las que nos dirigimos no están preparadas para entenderlas. En esta nueva entrega de consejos de Steven Bell para que esas ideas tengan mejor acogida entre compañeros y jefes, se refiere a las más novedosas.
 
Ante esta situación, Lee Miller, profesor adjunto de la Universidad de Columbia, y Kathleen Onieal, cofundadora de una firma consultora sobre innovación, recomiendan construir sobre lo que estas personas ya conocen, es decir, presentar los nuevos proyectos como una extensión de los servicios actuales. El proceso para acometerlos consistiría en presentar pequeños objetivos en diferentes fases hasta alcanzar el objetivo final.
 
Miller y Onieal aconsejan además realizar demostraciones de los nuevos servicios y proyectos y de cómo mejorarían los anteriores. Esta metodología requiere ser pacientes y proceder con cautela, pero por otro lado se gestionan mejor las posibles resistencias al cambio que puedan encontrarse entre el personal de la biblioteca. Con la perseverancia se consigue que las personas se sientan cómodas con ideas que de otra manera no entenderían.

Por otra parte, Bell plantea un punto de vista diferente: enfrentarse a la situación de proponer nuevas ideas como si estuviéramos ante un cerco de tiburones. Imaginar a nuestros supervisores, compañeros u otras personas como tiburones.

Las dos primeras veces podría no dar resultado, pero poco a poco se aprenderá de la experiencia cómo vender a otros ideas que les costaría imaginar. «Lleva preparación, práctica y persistencia», explica Bell, pero los verdaderos líderes están siempre aprendiendo de sus propios errores, y no solo de los libros. 

La anterior entrega de estos consejos está disponible en Lectura Lab.

 


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