Descienden en el Reino Unido el número de bibliotecas y de préstamos
El número de personas que toman libros prestados en las bibliotecas públicas del Reino Unido se ha reducido a la mitad desde 1997, según las estadísticas anuales que publica el Instituto de Finanzas Públicas y Contabilidad, CIPFA por sus siglas en inglés (Chartered Institute of Public Finance and Accountancy). El panorama que se dibuja para las bibliotecas públicas de este país puede calificarse de preocupante, ya que la tendencia a la baja ha sido continua desde 1997.
El número de personas que toman libros prestados en las bibliotecas públicas de Inglaterra se ha reducido a la mitad desde 1997, según las estadísticas anuales que publica el Instituto de Finanzas Públicas y Contabilidad, CIPFA por sus siglas en inglés (Chartered Institute of Public Finance and Accountancy).
Aunque se publicarán oficialmente el 11 de diciembre, estos datos han sido avanzados por The Bookseller y otros medios. El panorama que se dibuja para las bibliotecas públicas de esta región puede calificarse de preocupante, ya que la tendencia a la baja ha sido continua desde 1997.
Durante los últimos doce meses han continuado los cierres de bibliotecas en todo el Reino Unido, un fenómeno que se viene registrando en los últimos años. En marzo de 2014 se contabilizaron 3.450 bibliotecas en Inglaterra que abrían diez horas o más a la semana, mientras que en el mismo mes del año anterior eran 3.491. En total, el número de bibliotecas con diez horas de apertura o más ha descendido un 9,8 por ciento desde 1997, cuando se contabilizaron 3.862.
Las visitas a las bibliotecas y el número de préstamos realizados también se han visto perjudicados en Inglaterra: si en 1997 el número de visitas por habitante era de 6,4 en 1997, en 2014 se ha reducido a 4,3. En este año se ha reducido en un millón el número de personas que toman libros prestados en bibliotecas, quedando en ocho millones, la mitad que en 1997. Y los préstamos muestran una tendencia similar: de los 411 millones de préstamos realizados en 1997 se ha pasado a 209 millones en 2014.
Ian Anstice, responsable de
Public Libraries News, se pregunta qué fue antes, las reducciones de uso o las importantes reducciones presupuestarias que las bibliotecas del Reino Unido han sufrido. En el último año el gasto en bibliotecas públicas en Inglaterra ha caído un 3,3 por ciento, sin contabilizar la inflación, en cuyo caso sería aún mayor, como propone Anstice.
Los datos muestran también, como consecuencia, importantes descensos en el número de títulos disponibles para el préstamo, que pasan de 75 millones en 1997 a 57 en 2014. El personal también se está viendo mermada: en 2014 se contabilizan 19.307 empleados remunerados —de los cuales 3.106 son profesionales cualificados—, mientras que en 2007 eran 25.796.
Son varias las voces que claman por una modernización de los servicios bibliotecarios. Anstice opina que no están adaptándose a la transformación en los hábitos de lectura por parte de los ciudadanos, ya que los recortes presupuestarios están acaparando toda la atención. Los datos publicados por CIPFA dicen también que menos de la mitad de las bibliotecas públicas en todo el Reino Unido ofrece acceso a Wi-Fi y que el préstamo de libros electrónicos supone tan solo un 0,86 por ciento del total.
Para Tim Coates, activista a favor de las bibliotecas, éstas necesitan gastar más en nuevos títulos y menos en edificios, según recoge
The Bookseller. Un punto en el que coinciden Anstice y Sue Chairman, cuyas declaraciones han sido recogidas
en Lectura Lab recientemente, es la necesidad de desterrar los localismos y que las bibliotecas adopten una política de carácter nacional.
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