La venta de música va de tumba en tumba

La industria de la música está siento devorada no simplemente por la revolución digital sino por revoluciones dentro de revoluciones, de modo que casi todos los números del último informe de Nielsen sobre venta de música están precedidos de un signo negativo.

 
La industria de la música está siento devorada no simplemente por la revolución digital sino por revoluciones dentro de revoluciones, de modo que casi todos los números del último informe de Nielsen sobre venta de música están precedidos de un signo negativo.
 
La información, que proporciona Derek Thompson en The Atlantic, subraya que los malos resultados de 2014 afectan también las ventas de las grandes cadenas (-20 por ciento); las ventas de álbumes nuevos (-14 por ciento); y la venta de nuevas canciones en línea (-10,3 por ciento). Solo dos rubros crecen: la música en streaming y la venta de álbumes de vinilo.
 
El interés de este artículo reside en que suele asociarse la situación de la industria musical con lo que está ocurriendo en el mundo de la edición. Véase, por ejemplo, este artículo sobre la cuestión en Lectura Lab.
 
Thompson ironiza con que "en algún lugar de América, un imaginativo sociólogo ha explicado este fenómeno con una interesante teoría sobre cómo la aparición de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación irónicamente amplía nuestro interés por los anacronismos de la cultura pop".
 
El analista explica que afirmar que el CD ha muerto no parece una declaración tan controvertida, aunque quizá debería serlo, porque "el sector de la música el año pasado ha  vendido 141 millones de CDs en los EE.UU.".
 
Si bien señala que esto es más que el número total de entradas vendidas para las películas más populares de 2014 en los EE.UU. (Guardians) y de 2013 (Iron Man 3), en esa conocida expresión "muerto" no es lo mismo que cero. Es más como un atajo comúnmente aceptado –aclara– para decir que una cosa antes popular ahora está menguando en una cifra comercialmente significativa.
 
Thompson afirma que si los CDs están realmente muertos, entonces las ventas de música digital descansan en la tumba adyacente. Señala que ambas categorías han caído dos dígitos el último año, con el 13 por ciento menos para las ventas de iTunes.
 
Su opinión es que la industria de la música grabada está siendo devorada no por una simple revolución digital, sino más bien por las revoluciones dentro de revoluciones, bocas dentro de bocas, al estilo de Alien. Dice que la digitalización y las descargas ilegales dieron el pistoletazo de salida. Luego los reproductores de MP3 y iTunes licuaron el álbum. En su opinión todo esto "fue suficiente para que cayeran en cascada las ganancias de la música grabada".
 
Igualmente la tendencia hace que las ventas digitales estén cayendo casi a la misma velocidad que las ventas de CDs, ya que los aficionados a la música se han volcado al streaming –en iTunes, SoundCloud, Spotify, Pandora, iHeartRadio, y blogs de música.
 
Ahora que la música es sobreabundante –agrega Thompson–, el negocio (más allá de la venta de suscripciones a sitios de música) sólo prospera donde la escasez haga posible conciertos en salas donde sólo hay unos pocos asientos, o en la publicidad, donde una canción o una banda pueden acompañar una campaña de marca.
 
En cuanto al auge del vinilo, si bien se vendieron nueve millones doscientos mil discos en 2014, un aumento anual del 51 por ciento, comercialmente hablando su impacto global en el mercado es escaso. El vinilo representa el 3,5 por ciento del total de las ventas de álbumes. El mercado de CD (que está muerto, recuerden –bromea Thompson) es quince veces mayor.
 

    


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