Los libreros norteamericanos debaten salidas a la crisis
Cuestiones como el salario mínimo en el sector, el manual del comprador o la diversidad en las librerías han acaparado la reunión de la American Booksellers Association [Asociación de Libreros norteamericanos] celebrada en Asheville, Carolina del Norte, en coincidencia con el décimo aniversario del Instituto de invierno de la ABA.
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Cuestiones como el salario mínimo en el sector, el manual del comprador o la diversidad en las librerías han acaparado la reunión de la American Booksellers Association [Asociación de Libreros norteamericanos] celebrada en Asheville, Carolina del Norte, en coincidencia con el décimo aniversario del Winter Institute [Instituto de invierno] de la ABA.
Judith Rosen, en
Publishers Weekly, reseña que muchos libreros utilizan estos encuentros para exponer los problemas que afrontan. Por ejemplo, Bradley Graham, propietaria de la librería
Politics and Prose, en Washington, DC, reconoció que ha entrado "la fase de pánico" en relación con las nuevas normas sobre el salario mínimo.
El problema, explicaron los libreros, es que en muchas partes del país el abrupto salto en el salario mínimo ha supuesto una gran presión sobre los escuetos márgenes de los libreros. El aumento del salario mínimo obligatorio ya ha llevado a una librería independiente de San Francisco,
Borderlands Books, a anunciar su cierre.
En cambio, otros asistentes opinaron que la nueva ley ofrecía una oportunidad. "Puedo ser la voz solitaria aquí", dijo Emöke B'Racz, propietaria de la emblemática librería-café
Malaprop en Asheville, pero "yo estoy a favor de aumentar el salario mínimo de nuestros compañeros de trabajo". Ella afirmó que podía conseguirlo renegociando el alquiler de la tienda y volcando los fondos a salarios y seguro médico. "Vamos a casa y seamos creativos financieramente".
A modo de bienvenida, Linda-Marie Barrett, gerente de Malaprop, leyó un poema de Emöke B'Racz para introducir al director ejecutivo de la ABA, Oren Teicher. La reunión también contó con la asistencia de anteriores presidentes de la ABA.
"He tenido una pequeña revelación", dijo el presidente de ABA,
Steve Bercu, de
BookPeople, Austin, Texas, "y es reducir los impuesto sobre las ventas en las librerías. No nos quedaríamos con el dinero, pero sería un impacto positivo en nuestros negocios". Su otra sugerencia fue eliminar el precio fijo, y retirar los precios pre-impresos de los libros. "Estamos en una industria muy especial, ya que no podemos cambiar los precios de nuestros productos". Añadió que el sector no tiene otra forma de obtener ingresos que no provengan de su propio margen.
Lucy Kogler, gerente de
Talking Leaves Books,Buffalo, preguntó si la ABA podría generar un producto, o tomar alguna otra acción, para apoyar financieramente a las librerías. La junta directiva observó que en Francia los editores aportan dinero a un fondo de librerías, y que este modelo podría repetirse en los EE.UU.
En respuesta a una pregunta de Tegan Tigani, de la librería para niños
Queen Anne Book Co. en Seattle, sobre la visión de la junta directiva para los próximos años, Bercu respondió que ABA ha estado trabajando con los editores para seguir el ejemplo de Random House sobre la reposición rápida.
En otro orden de cosas, Alison Reid, de
Diesel, a Bookstore, establecida en la bahía de San Francisco desde 1989,
mostró su preocupación por la falta de diversidad en las librerías. Rob Dougherty, de
Clinton Book Shop, New Jersey, se mostró de acuerdo y extendió la crítica a los editores quienes, en su opinión, son los responsables de ofrecer más diversidad a las librerías.
Muchos libreros también estuvieron de acuerdo en que les gustaría ver actualizado el
ABA Book Buyer’s Handbook [Manual ABA del comprador] ya que les parece especialmente importante para ponerse en contacto con editoriales técnicas, académicas o pequeñas.
Teicher anticipó que el Manual es una transición a una plataforma online que estará al alcance de todos con información actualizada.
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