Establecer conexiones con los estudiantes en las bibliotecas universitarias (Parte I)

Si algo recuerdan los estudiantes a su paso por la universidad es la experiencia vital que supuso para ellos y las relaciones que establecieron con otros compañeros y profesores. Con la formación en línea estos lazos se diluyen. Steven Bell, bibliotecario en la Temple University de Filadelfia, se pregunta cómo está impactando la falta de presencia física en la calidad de la educación y cómo los bibliotecarios pueden hacerse más presentes en la vida académica de los universitarios.

 

Si algo recuerdan los estudiantes a su paso por la universidad es la experiencia vital que supuso para ellos y las relaciones que establecieron con otros compañeros y profesores. Con la formación en línea estos lazos se diluyen. Steven Bell, bibliotecario en la Temple University de Filadelfia, se pregunta cómo está impactando la falta de presencia física en la calidad de la educación y cómo los bibliotecarios pueden hacerse más presentes en la vida académica de los universitarios.

Desde el punto de vista de Bell, una de las desventajas a las que se enfrentan los bibliotecarios universitarios es que no están tan conectados con los estudiantes como les gustaría. Para encontrar las claves que permitan un mayor acercamiento, Bell hace referencia al mundo de la pedagogía y recomienda «pensar en cada persona como una oportunidad de establecer una conexión con ella». Se trata de ponerse en su lugar y comprometerse con los demás.

Bell hace referencia a las palabras del pedagogo James M. Lang, que introduce el concepto de «pedagogía de la presencia» para reflexionar sobre la necesidad de establecer conexiones con los alumnos en lugar de centrarse exclusivamente en proporcionar el material lectivo. Pero, ¿cómo llevar esto a cabo en el entorno online?, se pregunta Bell.
 
La literatura sobre cómo desarrollar la presencia en público suele referirse a aspectos como la postura y la forma de hablar o de vestir. Para Bell, «tener confianza en su capacidad para ayudar a los demás y la habilidad como instructor contribuirá a establecer la presencia». Esta recomendación sigue el mismo principio de centrarse en los demás, y no en uno mismo, que los bibliotecarios universitarios deberían tener en cuenta.

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