Según la última estadística publicada por la Asociación de Editores del Reino Unido la industria del libro en este país se mantuvo estable durante 2014 con unos ingresos de más de cuatro millones de libras. Los productos digitales han representado un treinta y cinco por ciento de los ingresos totales de la industria y las exportaciones casi un cuarenta y cinco por ciento. La venta de ebooks ha aumentado un once por ciento mientras que ha bajado un cinco por ciento la de los libros impresos.
Richard Mollet, director ejecutivo de esta Asociación, ha manifestado su satisfacción en un artículo publicado en Publishing Perspectives ante el crecimiento que se ha producido en el sector digital y en particular en la venta de libros infantiles, debido posiblemente –aclara– a que el setenta por ciento de los hogares británicos ya tiene una tableta.
Los editores especializados en publicaciones académicas han conseguido que casi el ochenta por ciento de todos los ingresos de suscripción hayan venido de revistas electrónicas.
Los aumentos en ventas digitales se sintieron en toda la industria, así por ejemplo:
Mollet añade que el debate en estos momentos no se encuentra entre libros electrónicos o impresos ya que la respuesta en su opinión es que ambos son necesarios; la cuestión está en la fuerza que deben demostrar las editoriales para valorar y curar contenidos de forma eficiente, en una sociedad en el que la información no filtrada cada vez está más generalizada.
Por último añade que las cifras recogidas de este informe señalan la importancia de la diversidad tanto en los formatos como en los mercados internacionales. De tal manera –concluye– que ahora pueden maximizar las oportunidades y minimizar los riesgos.