Wearables, o prendas tecnológicas, y privacidad, objeto de análisis

Alberto Torres, director ejecutivo de Atheer Labs, en un artículo publicado en ReadWrite opina sobre los beneficios que proporcionan los wearables, o prendas tecnológicas, a las empresas y lo que su implantación puede suponer en lo referente a la privacidad.

Alberto Torres, director ejecutivo de Atheer Labs, en un artículo publicado en ReadWrite opina sobre los beneficios que proporcionan los wearables, o  prendas tecnológicas, a las empresas y lo que su implantación puede suponer en lo referente a la privacidad.

Tecnologías como los relojes y las gafas inteligentes ofrecen grandes beneficios a las empresas. Pero además de este potencial Torres añade que estos accesorios inteligentes pueden desencadenar grandes debates relacionados con la privacidad.

Con los relojes inteligentes muchos trabajadores pueden llevar a cabo tareas fundamentales sin necesidad de sus teléfonos inteligentes. Las compañías también sacan provecho de esta tecnología inteligente ya que pueden rastrear y recopilar datos de cómo trabajan sus empleados allí donde se encuentra y en caso de identificar problemas, rediseñar planes de una mayor eficacia.

Como contrapartida –añade Torres– los empleados tendrán que enfrentarse a una serie de cuestiones, como por ejemplo ¿qué datos serán rastreados? ¿cómo y dónde quedarán almacenados? ¿qué organización tendrá acceso a ellos? y ¿cómo los utilizarán?

En cuanto a las gafas inteligentes, es el sector médico el que ha decidido adoptarlas más rápidamente. Éstas pueden aumentar la clasificación de la documentación y el mantenimiento de los registros. Los proveedores pueden realizar una captura de las interacciones del paciente en tiempo real con una precisión casi perfecta.

Sin embargo –advierte Torres– la utilización de estas gafas pueden suponer ciertos problemas de privacidad, ya que durante una visita a un paciente ¿qué información puede recopilar un médico y cuál debe evitar? los pacientes deberán de dar su permiso para ser registrados y por otro lado, estos archivos multimedia ¿dónde se almacenarán? ¿con quién se compartirán?

Está claro que con la aparición de una nueva tecnología hay un sinfín de retos que superar –concluye Torres– por lo que para evitar futuros problemas, este especialista recomienda a las empresas realizar las preguntas correctas y reflexionar sobre el tratamiento que dará a las respuestas.
 


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