Luxemburgo, que como Francia había reducido el IVA sobre los libros electrónicos, ha acatado la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictada el 5 de marzo de 2015 contra Francia, y ha comenzado a aplicar el tipo normal del 17 por ciento de IVA para los libros digitales vendidos en su territorio a partir del 1 de mayo, en lugar del tipo superreducido de 3 por ciento anterior.

En el artículo 34 de la sentencia del TJ se fundamenta en que "el suministro de libros electrónicos constituye un «servicio prestado por vía electrónica»", y por tanto no puede aplicársele los tipos reducidos que se reservan únicamente a las entregas de bienes y a las prestaciones de servicios de las categorías que figuran las correspondientes directivas de la UE. Por tanto este tipo de ventaja impositiva, según una directiva de la Comisión Europea de 2009, solo puede aplicarse al suministro de libros "en cualquier medio de soporte físico" donde se incluye el papel, DVD, CD, USB, ordenador, pero se excluye el libro electrónico o las descargas.

A partir de la resolución de la Unión Europea se inició un movimiento, creado por la Asociación de Editores franceses (SNE, por sus siglas en francés), con el que se persigue buscar el apoyo de los lectores europeos para conseguir modificar la directiva que regula este tema. En su momento, Enrico Turrin, vicedirector de la Federación de Editores Europeos sostuvo que "lo que cuenta es el contenido, no el soporte", al tiempo que la asociación envió una queja al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y del Consejo, Donald Tusk.

Según la opinión de Hervé Hugueny, en Livres Hebdo, de hecho, existen "más en cosas en juego en un Estado del tamaño de un departamento francés mediano, que ya había atraído a numerosos multinacionales con diferentes tipos de beneficios fiscales".

Hugueny recuerda que Amazon, Apple, Kobo y Barnes & Noble han establecido su sede europea en el Gran Ducado para vender libros digitales y disfrutar del tipo superreducido del 3 por ciento, lo que les aseguró un margen diferencial muy significativo respecto a otros minoristas en el resto de Europa". Sin embargo –explica–, desde el 1 de enero el IVA que se aplica es el del país del comprador. De este modo solo los aproximadamente 550.000 residentes en Luxemburgo se benefician de la ventaja por la diferencia de tasas, lo que a su entender "no era la prioridad en la decisión de formalizar el IVA en el 3 por ciento en 2012".

Por el momento Francia, que aplica un tipo reducido del 5,5 por ciento, todavía no ha anunciado su decisión de regresar a la tasa normal.

Según Livres Hebdo, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea dijo el 6 de mayo que el año próximo presentará una propuesta para autorizar la aplicación en Europa de la reducción del IVA en los libros digitales, equiparada a la de los libros impresos.

Luxemburgo acata la sentencia europea y aumenta el IVA para el libro electrónico