Tras décadas de esfuerzo, las bibliotecas aún son invisibles

Keith Fiels director ejecutivo de la American Library Association ha emitido un comunicado en defensa y promoción de las bibliotecas. John N Berry III, editor jefe de Library Journal hasta 2006, ha manifestado su opinión en relación a este comunicado y sobre la falta de visibilidad a la que se ven sometidas las bibliotecas públicas en los Estados Unidos, a pesar de la promoción que se hace desde asociaciones como la ALA.

Keith Fiels, director ejecutivo de la American Library Association (ALA), ha emitido un comunicado en defensa y promoción de las bibliotecas. John N Berry III, editor jefe de Library Journal hasta 2006, ha manifestado su opinión en relación a este comunicado y sobre la falta de visibilidad a la que se ven sometidas las bibliotecas públicas en los Estados Unidos, a pesar de la promoción que se hace desde asociaciones como la ALA.

Desde hace años se realizan campañas en defensa y promoción de las bibliotecas, pero a pesar de todos estos esfuerzos, todavía no se ha descubierto la manera de hacerlo de una forma efectiva –asegura Berry.

La ALA y otras asociaciones han invertido miles de horas de trabajo y han debatido sobre la definición y planificación de un mensaje sobre la misión, el lugar y la necesidad de las bibliotecas públicas en los Estados Unidos. Pero ninguno de todos estos esfuerzos de promoción llegan a conocerse, ya que desde los medios de comunicación o de entretenimiento no se informa del papel crucial de las bibliotecas y sus profesionales. Llegan noticias sobre las escuelas, pero sin embargo las bibliotecas y los bibliotecarios son simplemente inexistentes –comenta Berry.

"Es cierto  –señala Berry– que los bibliotecarios se encuentran en constantemente comunicación, pero parece que no se encuentra la manera de que estos mensajes lleguen a la comunidad".

Aunque Fiels está convencido de que el mensaje de lo que se está haciendo desde una asociación como la ALA llega a la comunidad, Berry asegura desde su experiencia, que hay pocas pruebas que demuestren que este movimiento en defensa de las bibliotecas llega a los ciudadanos y que suponga un detonante en las decisiones de los votantes, los políticos y los educadores.
 


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