¿Podría aplicarse el triunfo de Taylor Swift ante Apple a la industria editorial?

La cantante Taylor Swift se ha enfrentado a Apple y a su nuevo servicio de música en streaming, ya que la intención de la empresa era no pagar a los artistas durante los tres meses de prueba de su plataforma. Philip Jones editor de The Bookseller traslada en un artículo la actitud de la cantante al sector del libro y cómo podría afectar una acción parecida, contra las nuevas políticas económicas presentadas recientemente por Amazon.

La cantante Taylor Swift se ha enfrentado a Apple y a su nuevo servicio de música en streaming, ya que la intención de la empresa era no pagar a los artistas durante los tres meses de prueba de su plataforma. Philip Jones, editor de The Bookseller, traslada la actitud de la cantante al sector del libro y se pregunta en un artículo cómo podría afectar una acción parecida contra las nuevas políticas económicas presentadas recientemente por Amazon.

 

La protesta de la cantante ha sido ampliamente divulgada en todos los medios y ha conseguido que la empresa de la manzana cambie de opinión y acabe pagando a los artistas durante el período de prueba.

Jones compara el lanzamiento de este servicio de música en streaming con los cambios que ha realizado recientemente Amazon en sus servicios de Kindle Unlimited y Kindle Owners Lending Library. Según su nueva política económica, la empresa pagará a los autores según las páginas que se lean de sus libros.

Ha habido escritores que han visto con buenos ojos esta medida –comenta Jones– ya que consideraban injusto que obras breves consigan recaudar lo mismo que novelas de gran tamaño. Otros por el contrario, ven en esta maniobra del gigante minorista una forma de inmiscuirse en la forma en que los escritores deciden realizar su trabajo.

Jones asegura, que lo verdaderamente interesante de todo esto es ver que artistas o colectivos se enfrentan a las grandes empresas. La cantante reconoció que oponerse a la decisión de la empresa era una forma de defender a los artistas que empiezan su carrea musical. Pero hay quien la considera la decisión final que ha tomado Apple un lavado de cara, una campaña de marketing más pendiente de las relaciones públicas que de escuchar a los artistas.

Algo parecido –comenta Jones– es lo que el escritor Hugh Howey ha hecho a través de sus comunicados, en los que asegura utilizar su influencia para conseguir concesiones a todos los autores. Pero lo que Jones se pregunta es cómo se encuentran en realidad los escritores independientes que no son tan conocidos, ante los cambios que Amazon realizará a partir de julio. Es muy posible que no se sientan en absoluto cómodos con estas medidas –asegura.

Ahora bien –subraya– queda patente que de vez en cuando se puede influir en las estrategias de las grandes empresa, pero también queda claro que aún así las grandes empresas siempre ganan, por que ceder en ciertas cláusulas, supone una mejora en su imagen.

Pero lo que Jones quiere destacar es el hecho de que en el negocio de la música, un artista y de forma individual, puede intervenir en las negociaciones y decisiones de todo un sector.
 


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