Cada vez hay más escuelas en los Estados Unidos adoptan los libros de texto y materiales de lectura en formato digital. Algunas investigaciones sugieren que la comprensión está ligada a la lectura impresa y que la lectura digital favorece en muchas ocasiones las distracciones. Sin embargo hay especialistas que apuntan a la necesidad de enseñar nuevas capacidades.
Mark Pennington, especialista en lectura en la ciudad de Elk Grove en el condado de Sacramento, cree que es necesario enseñar a los niños pequeños a leer en formato digital y está convencido de que con el tiempo serán capaces de hacer lo mismo que hacen en formato impreso –informa Holly Korbey en un artículo publicado en KQED. En su opinión, lo que hace que las personas sean buenas lectoras no es tanto el medio, sino el que sean lectores activos y comprometidos con el texto.
Un estudio preliminar realizado por Heather Ruetschlin Schugar and Jordan T. Schugar en la Universidad de West Chester ha mostrado que los estudiantes de Secundaria que leían libros en papel entendían más que aquellos que lo hacían en formato digital.
Además, estos investigadores pudieron comprobar en otros dos estudios realizados con anterioridad con estudiantes de Primaria, que comprendían mejor cuando no se veían distraídos por los sonidos e imágenes en vídeo que se incluyen en los libros de texto digitales interactivos. Según escribió Annie Murphy Pau en un artículo en The New York Times sobre estas investigaciones, parece que la lectura multimedia enriquecida puede abrumar en cierta manera a los niños, llevándolos incluso a perder el hilo de la narración.
Más de la mitad de los estudiantes de la Universidad Estatal de San José encuestados para un estudio –continúa Korbey– reconoció que prefería los materiales impresos a los libros electrónicos para estudiar. El treinta y cinco por ciento destacó la capacidad de tomar notas como una de las principales razones para preferir la impresión.
Maryanne Wolf, autora del libro Proust and the Squid, comentó en un artículo publicado en New Yorker que lo que es necesario en este momento es enseñar nuevas habilidades para leer en estos nuevos medios. Incluso cita un estudio en el que pudo comprobarse que los lectores digitales que participaron en la investigación fueron mejores lectores después de aprender a utilizar una serie de funciones, como por ejemplo la anotación digital.
Por lo tanto, lo que es necesario –asegura Korbey– es enseñar nuevas habilidades para estos formatos. Lo más seguro –continúa– es que la tecnología vaya mejorando con el paso del tiempo y todo lo que en estos momentos puede parecer complicado acabará realizándose de una forma mucho más intuitiva. También es muy posible –añade– que padres y maestros tengan que distinguir entre la lectura para la diversión a través de tabletas, con ruidos e imágenes que pueden llevar a la distracción, y una lectura más profunda como la que se realiza en la escuela, donde el material tendrá que ser menos interactivo, más sencillo.
Por último, Pennington concluye que siempre habrá espacio para la lectura impresa y la lectura digital en la escuela, ahora bien, lo que habrá que seguir buscando es la manera de ayudar a los estudiantes a entender lo que están leyendo ya sea con una tableta o garabateando imágenes en un papel, eso es en esencia lo que habrá que descubrir.