Carolyn Reidy, directora ejecutiva de Simon & Schuster, destacó durante su intervención en la reunión anual de Book Industry Study Book (BISG), la cantidad de información de la que se dispone en estos momentos y cómo este hecho afecta muy directamente a la transformación que ha sufrido el sector editorial. Durante su discurso –recogido por Calvin Reid en un artículo en Publishers Weekly–, habló en profundidad sobre la trayectoria de las ventas de ebooks, su precio, el momento en el que se encuentra la edición en papel y en qué medios se debe basar la publicidad editorial hoy.
Según Reidy, los lectores de literatura de ficción compran tantos libros como los lectores de ficción más comercial y algo que les une es su gusto por los libros físicos. La mayoría de los lectores quiere que los libros electrónicos sean una réplica del libro impreso, por lo que cree que los libros enriquecidos con vídeos o imágenes digitales han sido hasta el momento un fracaso, no sabe muy bien si por las interrupciones que se causan en el texto o porque los editores no han llegado a encontrar la forma de hacerlo de forma eficaz.
En cuanto a los libros electrónicos y las predicciones que auguraban que sus ventas podrían llegar al cincuenta por ciento, Reidy cree que se aproximarán como mucho al veinticinco o al treinta por ciento de las ventas totales. La novedad por adquirir un libro electrónico ha ido desapareciendo, cada vez hay menos lectores que se apunten a la opción digital, por eso cree que se ha producido parte de esta desaceleración.
Cuando se le preguntó sobre si los libros electrónicos deberían de tener un precio más alto, confesó que aunque no debía hablar de precios, los datos que se han recopilado por el momento en su editorial, corroboran que los precios son adecuados.
Los medios de comunicación tradicionales son todavía la mejor manera para impulsar las ventas de un libro –asegura– aunque las ventas sean a través de canales online.
En cuanto a los medios sociales, señala que deben utilizarse para conectar a los libros con lo que está pasando en el mundo y recomienda realizar una planificación mensual, anual y diaria. Los editores –continúa– deben utilizar las redes sociales para establecer relaciones directas con esas comunidades interesadas en sus autores.
Por último, destacó que el efecto boca a boca sigue funcionando, aunque también puntualizó que dependía mucho de la boca. Está segura de que los jóvenes crearán nuevas formas totalmente inimaginables del libro, modelos a los que todavía ni se ha llegado –concluye.