Cada uno de los investigadores que han formado parte de la redacción del informe La Lectura en España hoy, un trabajo coordinado por la Federación de Gremio de Editores (FGEE) con el apoyo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, se centra en un aspecto concreto de la cadena lectora.
La Fundación Germán Sánchez Ruipérez participa a través de su director, Luis González, con un exhaustivo análisis de los hábitos lectores y las políticas habituales de lectura que radiografía la línea que siguen hoy las instituciones públicas, los factores que inciden en el comportamiento lector y el impacto del mundo digital en todos los campos.
El artículo parte de una serie de premisas fundamentales que se desarrollan a lo largo del mismo: ¿Qué se entiende por lectura hoy en España? ¿Qué define y une a las políticas públicas de lectura? ¿Qué factores inciden en el comportamiento lector? ¿Cómo han sido las primeras prácticas ante la llegada de la oferta digital, tanto en los lectores como en las acciones aplicadas desde los distintos organismos?
El autor recoge diversos estudios y datos extraídos de diferentes trabajos de campo realizados por la Fundación con anterioridad, como Territorio Ebook, para avalar algunas tesis, desmitificar ideas preconcebidas y clarificar las posibles dudas que los lectores puedan tener sobre una serie de conceptos y líneas de trabajo fundamentales que todos debemos conocer para analizar con criterio la situación actual de la lectura en España.
En su recorrido, Luis González aporta valiosas comparativas que ayudan a comprender la lógica evolución de los hábitos. También establece distintos niveles de lectores, a tenor de los datos aportados por los últimos Barómetros de Lectura, y dibuja un perfil tipo. Respecto a las programaciones que se diseñan para reforzar esta afición desde los organismos oficiales, se advierte sobre la necesidad de prestar atención a cómo sienten la lectura todos los segmentos sociodemográficos y apoyar con firmeza a dos de los agentes destacados en este proceso: la escuela y las bibliotecas.
A modo de conclusión, el autor esboza las principales razones que los lectores esgrimen para seguir practicando con determinación su actividad preferida, a pesar de la pesimista tónica general que muchas veces escuchamos sobre el futuro de la lectura en España.
También establece una reveladora comparativa entre las cifras de aficionados a los libros en la actualidad respecto a años anteriores, sin obviar la ya tradicional duda planteada por los más fatalistas: ¿puede desaparecer realmente el soporte en papel?
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