Existe una gran variedad de libros de imágenes: abecedarios, libros-juego, imaginarios, álbumes o cómics, en los que podemos encontrar un amplio abanico de temáticas, técnicas y estilos. En ellos las imágenes cumplen distintas funciones, unas acompañan al texto, otras imprimen un determinado tono a la historia, en ocasiones enfatizan alguna acción, espacio o personaje concreto, cuentan lo que no se dice por escrito o abiertamente dicen lo contrario.
Al acercar la imagen a niños y niñas conviene que tengamos en cuenta toda esta variedad de obras y diferencia de funciones, adecuándolas a las necesidades y capacidades de cada edad:
0-3 AÑOS
Son recomendables libros con imágenes contrastadas, en color o en blanco y negro, fácilmente reconocibles, con pocos elementos, que permitan jugar a identificar y reconocer objetos y que favorezcan una relación activa del niño con la imagen: imaginarios, libros-juego, etcétera.
3-6 AÑOS
En esta etapa, y sobre todo al final, aumenta el grado de interacción entre el álbum y el niño, que ya puede seguir una historia sencilla completa. Disfrutará con libros en los que aparezcan imágenes que presenten a los personajes ante sencillos conflictos y surgirá la empatía: cuentos clásicos y populares, historias de la vida cotidiana, etcétera.
6-9 AÑOS
En estas edades se inician en la lectura de los textos, y las imágenes constituyen un importante elemento de apoyo y refuerzo. Ofréceles imágenes más complicadas cuya lectura sea más exigente, que tengan que descubrir detalles o descifrar significados más complejos como libros de arte, obras que incorporen juegos irónicos, o ilustraciones evocadoras.
9-12 AÑOS
En esta etapa se puede estimular la lectura de álbumes con tramas más complejas o que provoquen una actitud reflexiva. Asimismo es un buen momento para disfrutar con los cómics y para que reconozcan más a fondo los elementos de la imagen: diseño, estilo, proceso creativo, atmósfera, entre otros.