Ten presente la edad de tu hijo, pero, sobre todo, sus gustos e intereses y sus capacidades y destrezas como lector.
- No te fíes solo de las apariencias: el que una obra resulte atractiva a primera vista tiene su importancia, pero lo fundamental es su calidad: que tenga contenidos atractivos, interesantes y adecuados, un vocabulario rico al tiempo que adaptado al nivel de compresión de tu hijo, una ilustración acorde y enriquecedora del conjunto.
- Ten en cuenta también su aportación al lector: la obra que no deja huella, sea de carácter personal, social o estético, dice poco de sí misma.
- Ofrece a tu hijo variedad: de temas, géneros, tipologías y formatos.
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