Las tecnologías de autoservicio se han convertido en una necesidad para las bibliotecas debido sobre todo a los problemas relativos a la reducción de financiación a los que hoy deben hacer frente. Muchos bibliotecarios sostienen que las opciones de autogestión mejoran y optimizan la totalidad de servicios de la biblioteca, según revela el editor Matt Enis en un artículo para The Digital Shift.

Enis advierte que, según afirman los bibliotecarios, gracias a estas herramientas el personal dispone de más tiempo para ayudar y responder a las preguntas de los usuarios.

Según sostiene el editor, las tecnologías de autogestión también pueden ayudar a aumentar la visibilidad de ciertos servicios o partes de una colección, como por ejemplo en el caso de los libros electrónicos. Enis alude al estudio de Pew Research Center’s Internet and American Life Project, publicado en abril de 2012, en el que se recoge que el 43 por ciento de los adultos estadounidenses afirma haber leído un libro u otro contenido de largo formato en un eReader. Por otra parte, señala el autor, en otro estudio publicado en junio de 2012, solo el 22 por ciento de los encuestados manifestaron saber que podían tomar en préstamo estos eBooks de su biblioteca, y el 14 por ciento se mostraban convencidos de que no podían hacerlo.

Enis afirma que con la popularidad de los libros electrónicos en crecimiento, esta falta de conciencia de las posibilidades de la oferta de las bibliotecas es realmente decepcionante. Sin embargo, admite el editor, los nuevos servicios de préstamo bibliotecario en la nube prometen mejorar e incrementar la visibilidad de los eBooks y simplificar su descarga dentro de la biblioteca. Ejemplo de estos servicios son los Discovery Terminals de 3M Cloud Library System, puestos físicos en los cuales se puede consultar el catálogo de títulos disponible a través de una interfaz que se maneja de manera táctil; o la plataforma OverDrive Media Station, que permite que los lectores descubran y “prueben” libros electrónicos y audiolibros en monitores táctiles, estaciones ya existentes y en cualquier otro dispositivo a través del buscador web.

Según informa el editor, la Biblioteca Pública de St. Paul (SPPL) en Minnesota (Estados Unidos) fue un probador beta de la nueva 3M Cloud Library y sus Discovery Terminals. Como consecuencia de la implementación de este servicio, la directora de la biblioteca, Kit Hadley, reveló que este servicio ayudó a hacer más visible la colección de eBooks entre los usuarios existentes, aunque las bibliotecas todavía necesitan dar a conocer sus colecciones de libros electrónicos entre el público en general. Asimismo, Hadley afirma que “tratar de integrar la colección digital en la física es uno de los aspectos que más valoro de la filosofía de 3M”.

Los llamados Discovery Terminals son puestos físicos en los cuales se puede consultar el catálogo de títulos disponibles a través de una interfaz sencilla que se maneja de manera táctil. Asimismo, los propios eReaders de préstamo se sincronizan con el contenido del Cloud Library a través de una aplicación con el mismo nombre. Así, al seleccionar un título los usuarios no tienen que navegar fuera de la interfaz de 3M. Y dado que el contenido se almacena en un servidor de la nube, se puede leer y sincronizar en un máximo de seis dispositivos, incluyendo PCs, Macs, iPads, NOOKs, iPhones, dispositivos Android y nuevos eReaders 3M diseñadas específicamente para entornos de préstamo.

Por otra parte, otras compañías están utilizando un nuevo software para ampliar el concepto de autoservicio más allá del ámbito bibliotecario. Como ejemplo de ello, Enis da cuenta de un nuevo e interesante proyecto: la iniciativa bibliotecaria de la compañía myCommunity denominada Bibliotheca. Según señala el editor, esta iniciativa ofrece a los usuarios que se sienten menos seguros a la hora de utilizar ordenadores y sistemas de pago en línea, la oportunidad de utilizar interfaces de pantalla táctil sencillos para interactuar con los órganos gubernamentales locales. Está actualmente en fase de prueba piloto en el Reino Unido y se basa en ‘quioscos’ de autogestión.

Según informa Enis, el beneficio de estos quioscos de cara a las bibliotecas es doble. En primer lugar, permiten a las bibliotecas promocionar otros servicios a un nuevo grupo de usuarios. Y en segundo lugar, convierte a la biblioteca en el eje central de la comunidad en la que se encuentra, que ofrece servicios más allá de los materiales en préstamo y el acceso a los ordenadores.

Por otra parte, y como otro de los servicios bibliotecarios en los que funcionan estas tecnologías de autogestión, el editor señala el de la adquisición de eReaders y tabletas electrónicas en las bibliotecas. Enis destaca el caso de la empresa Logic Tech, que recientemente ha lanzado el sistema de autopréstamo para bibliotecas MediaSurfer. Este funciona como un quiosco autónomo que bloquea de forma segura los iPads y los dispensa cuando los usuarios introducen una tarjeta de crédito válida y una tarjeta de biblioteca, que el sistema compara automáticamente con la base de datos de usuarios de la biblioteca para asegurarse de que el usuario ‘está al día’ y queda autorizado para retirar estos dispositivos.

“Vemos un gran potencial en más herramientas de autoservicio en las bibliotecas, incluyendo quioscos y otros tipos de tecnologías ", asegura Gary Kirk, presidente de Tech Logia.

Asimismo, señala Enis, la empresa LaptopsAnytime ha venido desarrollando sistemas de autoservicio portátiles y quioscos de préstamo de tabletas desde el año 2008, y actualmente está trabajando con los sistemas bibliotecarios más importantes de Estados Unidos, incluyendo la Biblioteca Pública del Condado de Los Ángeles, las Bibliotecas Universitarias de Carolina del Norte, y las Bibliotecas de Westminster Collage en Salt Lake City.

Por último, según advierte el editor, las mejoras en eficiencia que introducirían en el ámbito bibliotecario estas nuevas estaciones de autoservicio quedan muy bien reflejadas en las tecnologías existentes, como por ejemplo, los quioscos de autoservicio.

Gracias a estas herramientas, revela Enis, se acelera el flujo de trabajo y el personal bibliotecario puede liberarse de determinadas tareas e invertir su tiempo en ayudar a los usuarios a resolver sus dudas sobre la biblioteca, sus fondos, sus servicios o sus recursos informativos, o a enseñarles a cómo usar los equipos automatizados.

Todo ello revierte en una biblioteca mucho más centrada en el servicio a los usuarios y con personal dedicado fundamentalmente a la atención de sus necesidades específicas.