Entre leer un libro y ver su versión cinematográfica, la inmensa mayoría de la gente prefiere la lectura, pero por qué. Kevin Myers, productor asociado de Simon & Schuster Digital, habla en Off the Shelfsobre lo gratificante que es disfrutar de un buen libro y dedicarle su tiempo.
Myers profundiza sobre el placer de leer un libro a partir de su experiencia personal con la película El paciente inglés. En su momento, reconoce que la película no le pareció nada del otro mundo, pero también confiesa que desconocía que era la adaptación de una novela de Michael Ondaatje.

Decidió leer el libro, aunque entre sus gustos literarios destacan sobre todo las novelas de espías. Pero el texto de Ondaatje le atrapó y no había terminado la primera parte cuando se dio cuenta de que estaba disfrutando enormemente de su lectura.
Podía sentir los vientos que soplan a través del desierto del norte de África, el peso de la tela sobre la piel de la protagonista, el estado disociado de la mente y el cuerpo del paciente inglés, la reacción visceral a los horrores de la guerra, la enfermedad y la muerte –explica Myers.
Ahí es donde se encuentra el quid de la cuestión: el disfrute de un libro está en el hecho de ir desarrollando su lectura poco a poco. La inmediatez de otros medios como el cine o la televisión –añade– hacen que cualquier historia sea sencilla de absorber. En su opinión, hay que dejarse llevar por el escritor, que éste nos guíe a través de su historia, sacar conclusiones, incluso juzgar a los personajes si fuese necesario. Esa sensación es simplemente magnifica –asegura Myers– y es lo que hace que un libro sea mucho mejor que la película. |