Un proyecto de investigación realizado en 2011 en universidades australianas aborda cuál debe de ser la actuación de la universidad ante la mala utilización de las redes sociales en el entorno académico puesto que la irrupción de los medios sociales ha cambiado irremediablemente la forma en la que los individuos se comunican e interactúan entre sí. Aunque esto puede conllevar aspectos muy positivos, también se observan usos inadecuados e irresponsables con consecuencias negativas importantes.

Dentro del ámbito universitario se dan cada vez más casos en los que se publican comentarios ofensivos dirigidos a otros alumnos, a profesores o al personal universitario en foros ampliamente accesibles, tales como Facebook, los cuales pueden dañar la reputación de un individuo, crear angustia personal o incluso poner en peligro la integridad académica.
¿Cómo deben actuar las universidades ante este problema? No es una tarea sencilla –aseguran los responsables de este estudio– ya que muchos estudiantes consideran sus perfiles y grupos en Facebook un espacio privado. Por lo que uno de los objetivos clave del proyecto fue establecer los límites adecuados para la interferencia de la universidad en estos asuntos y el otro, desarrollar un modelo de categorización para saber cómo actuar ante comentarios inadecuados o irresponsables que se detecten o de los que se informen.
Según el estudio, existe un consenso que defiende la reacción y monitorización por parte de la universidad de los foros universitarios oficiales, pero las medidas que hay que tomar deben ser estudiadas muy cuidadosamente para evitar reacciones negativas de los estudiantes.
Ante comentarios que incluyan apreciaciones racistas, sexistas u homófonas, insultos muy ofensivos, de exaltación de la violencia o amenazas y que se realicen en páginas oficiales, la idea es que se debe actuar. Ahora bien, si las críticas son más bien benignas, la intervención se debe evitar. En algunos casos el estudio aconseja ponerse en contacto con el estudiante y recordarle su obligación de respetar a los otros.
Sin embargo, la universidad tiene que ser especialmente cuidadosa y no mostrar demasiada sensibilidad a la crítica de los estudiantes. En el caso de que las páginas no pertenezcan a la universidad y estén dirigidas por estudiantes no universitarios, esta precaución debe ser aún mayor. En general –concluye– la acción más apropiada será la de presentar un informe con los mensajes ofensivos al administrador del grupo, página o comunidad.
Para obtener más información sobre este proyecto acceda al siguiente link.
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