Comienza un nuevo curso en las universidades estadounidenses y muchos estudiantes empiezan lo que consideran una carrera de futuro: la informática. Selena Larson se cuestiona en un artículo publicado en ReadWriteWeb, por qué entonces la inmensa mayoría de las personas que consiguen un diploma en esta disciplina son hombres y tan solo un dieciocho por ciento son mujeres.

La informática se ha convertido en la puerta de entrada a puestos de trabajo mejor remunerados y muchos son los que la consideran una oportunidad para influir en el mundo. Sin embargo siguen siendo los hombres los que deciden estudiarla.
El número de licenciaturas conseguidas por mujeres en informática, ingeniería y matemáticas en los Estados Unidos ha ido en descenso desde 2002 –informa Larson. Una razón podría estar –señala esta periodista– en que históricamente las mujeres han elegido trabajos relacionados con la enseñanza, el periodismo y las letras, mientras que los hombres, siempre buscan salidas laborales que les proporcionen mayores salarios.
Otros factores –añade Larson– según unos expertos a los que entrevistó, es que todavía existe una cultura que alienta a las mujeres a jugar con muñecas en lugar de con robots y a seguir carreras tradicionalmente consideradas femeninas.
Al parecer estos estereotipos no se alejan mucho de la realidad laboral, así por ejemplo los principales empleados en empresas como Facebook, Google, Twitter y Apple son hombres y si se analizan los trabajos puramente técnicos, la división es aún mayor: En Twitter solo el diez por ciento de la fuerza técnica es femenina –comenta Larson.
Pero existen instituciones que quieren que esto cambie. Por ejemplo: el Instituto Anita Borg, que aspira a igualar la proporción de hombres y mujeres en el campo de la tecnología; la universidad privada de artes liberales Harvey Mudd College en la que un cuarenta por ciento de sus estudiantes de informática son mujeres, y la Universidad de Berkeley, en la que en este año las mujeres superan a los hombres en los cursos de informática.
Por último Larson destaca el sexismo y el aislamiento que todavía existe por parte de los compañeros de sexo masculino, algo con lo que todavía tienen que lidiar las mujeres dentro y fuera del campus. Por lo que las universidades pueden trabajar para igualar la proporción de mujeres en tecnología, pero para esta periodista lo más importante es abandonar esas cultura instaurada en la que se sigue pensando que los mejores programadores son los chicos de veinte años y blancos, ya que de lo contrario las mujeres seguirán siendo objeto de discriminación en el mercado laboral
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