Las bibliotecas académicas, las plataformas de edición o los servicios de descubrimiento están en condiciones de hacer usos innovadores de los datos que son el subproducto de las prácticas de investigación cotidiana de académicos y alumnos.
Según afirma Roger C. Schonfeld, en The Scholarly Kitchen, hay enormes oportunidades de utilizar esos datos para lograr una mayor eficiencia y hacer más eficaz el descubrimiento en el proceso de investigación.
Schonfeld, que es director de la Biblioteca y del programa de Comunicación científica de la consultora académica sin fines de lucro Ithaca S+R, señala que los beneficios de la personalización del descubrimiento ya están jugando un papel en el espacio de los consumidores, desde el servicio de anticipación de Google Now hasta colecciones compartidas y personales a través de plugins del navegador.
El investigador prevé que al igual que está ocurriendo en el espacio de los consumidores, las implicaciones de los cambios en los procesos de descubrimiento caerán en cascada en el ecosistema académico.
Comenta que en Ithaka S+R, han estado comprobando cómo está cambiando el control del descubrimiento del contenido, y que colaboró en un grupo de trabajo de NISO para aportar "más transparencia a la caja negra del descubrimiento". Schonfeld está interesado en el análisis de las oportunidades que se presentan en el ecosistema académico con miras a adoptar el uso de datos para personalizar el proceso de investigación.
Admite que algunos bibliotecarios académicos se muestran escépticos sobre estadísticas y datos y además existe una preocupación comprensible sobre la privacidad, mientras que hay dudas sobre los beneficios, ya que muchos de los mejores ejemplos de explotación de los datos del usuario –subraya Schonfeld– implicarán "su venta con fines publicitarios (como han demostrado tan eficazmente Google y Facebook)".
En su opinión, la mejor oportunidad para proteger los datos privados es que la comunidad académica construya sistemas seguros para el uso de esos datos y su limitación bajo el control último de la propia comunidad.
En cuanto a la forma, Schonfeld pone como ejemplo el servicio bX de Ex Libris que a su entender ha ilustrado cómo los sistemas de recomendación pueden ser construidos a un nivel multiplataforma, utilizando datos de los servidores proxy de la biblioteca del campus que permiten el acceso a recursos electrónicos con licencia en otros campus.
El artículo completo está disponible (en inglés) en este enlace.
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