El ‘descubrimiento’ (discoverability) de libros más allá de las formas tradicionales es motivo de reflexión para la periodista Sam Missingham, que analiza este tema en un artículo publicado en el blog FutureBook. A raíz del panel que presidió en la conferencia Tools of Change (TOC) [Herramientas para el cambio], acto previo a la inauguración de la Feria del Libro de Frankfurt 2012, la periodista aborda el problema del descubrimiento a través de una serie de artículos de interés.
Missingham parte de una revelación realizada por Brian O’Leary, de Magellan Media, que afirmaba que “en 1999 había alrededor de 900.000 libros con ISBN, y actualmente hay 32 millones y un número indeterminado de libros no identificados”. Como consecuencia de este aumento exponencial en el volumen, sostiene la periodista, no resulta sorprendente que uno de los estudios llevado a cabo por FutureBook mostrara que los editores identificaran el descubrimiento como la razón número uno por la que no vendían más libros electrónicos.
Por otra parte, la autora señala la importancia de los metadatos y el SEO (Search Engine Optimization) [Optimización de Motores de Búsqueda] como herramientas esenciales para el descubrimiento de libros, y cuyo alcance ningún editor debería desconocer.
Missingham defiende que para hacer posible el ‘descubrimiento’ de una obra hay que comenzar con los metadatos y que es fundamental que cada editor tenga una estrategia de metadatos coherente y bien concebida que esté integrada en el proceso de producción de cada título, durante todas las etapas del ciclo de vida de aquellos. Asimismo, la periodista afirma que esta estrategia debe implementarse desde el proceso de puesta en marcha, a través de la editorial, el marketing y la publicidad, hasta el momento en que el libro sale a la venta por primera vez.
Según refiere la periodista, Laura Dawson, de Bowker, expresó esta idea de manera sucinta en un artículo para el blog O´Reilly Radar: “Los metadatos deben ser incorporados desde la etapa más temprana posible del proceso de trabajo de un libro, y cada departamento debe asumir la responsabilidad de sus metadatos".
Por otra parte, Brian O'Leary, sostiene en un artículo para Publishers Weekly que “los metadatos no son solo importantes para la industria profesional, sino que también lo son para los consumidores”. En opinión de O'Leary “los metadatos son vistos como algo que todo el mundo tiene que hacer, pero se dan en la producción, el marketing y en todas partes. Si alguien quiere adquirir libros –afirma el experto– necesita saber cómo describir ese libro y definir el precio, porque así es como se venden los libros en el mundo de hoy”.
Asimismo, de cara a recabar consejos prácticos sobre el tema, Missingham recomienda visitar el blog de Nick Atkinson en FutureBook.net, y una guía útil de Edward Nawotka que explica algunos conceptos básicos de metadatos.
La periodista opina que el éxito derivado del aprovechamiento del potencial de los metadatos es la piedra angular sobre la que triunfarán o fracasarán las otras estrategias de ‘descubrimiento’, por lo resulta imprescindible que los editores inviertan más en la formación de su personal y den más importancia a este tema. En su opinión, hay personas y departamentos que tradicionalmente nunca han creído que los metadatos tuvieran nada que ver con su trabajo y es fundamental que cambie esta creencia. Los elementos de metadatos, sostiene Missingham, son la señalización que los motores de búsqueda, los vendedores, las redes sociales y, lo que es más importante, los consumidores, utilizan para desplazarse en los entornos digitales. Y si los productos se señalizan incorrectamente, afirma, se los está condenando a toda una vida en las sombras.
Por otra parte, en lo que respecta al SEO (Search Engine Optimization) [Optimización de Motores de Búsqueda], la autora sostiene que si los metadatos proporcionan la señalización hacia el descubrimiento, el SEO es la hoja de ruta. Sin embargo, Missingham afirma que el SEO sigue siendo considerado por muchos editores como un elemento adicional, a pesar de la evidencia irrefutable de que aumenta las ventas y el tráfico.
Según informa la periodista, Chris McVeigh, de SEO For Books, sugiere que el SEO, al igual que los metadatos, también debe incorporarse en las primeras fases de cada nuevo proyecto."No estoy sugiriendo que los editores y autores nombren a sus libros basándose únicamente en una clasificación de frases de palabras clave –afirma McVeigh– sino que mantener una conversación SEO desde el principio del proceso puede ayudar verdaderamente en la comercialización posterior”. “Dicho de manera sencilla –sostiene el experto– cuanto mayor sea el tiempo de planificación, más exitosos serán los esfuerzos SEO”.
Además, defiende Missingham, cuando se combina con una estrategia de metadatos global y sensata, el SEO representa una poderosa herramienta para los editores de cara a obtener resultados reales. Asimismo, sobre el impacto que puede tener una estrategia coherente de metadatos y SEO en la mejora del ‘descubrimiento’ y las ventas de los títulos de un catálogo en particular, la periodista sugiere el artítulo de Chris McVeigh titulado Discovering SEO: A Publisher’s Guide.
Por último, la autora establece como otro de los elementos a tener en cuenta el de la serendipia (serendipity), concepto referido a un descubrimiento afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. Y ello es así debido a que Missingham afirma que en el mundo real la elección de un libro depende en gran medida del azar, cuando se pasea por una librería, durante la navegación web o leyendo otros libros. La serendipia, sostiene la autora, aún no se ha acometido en línea y la mayoría de los sitios web se basan en algoritmos de búsqueda automatizados para recomendar libros a los lectores.
Según indica Missingham, el editor Brett Sandusky examina de forma más pormenorizada este fenómeno en un artículo en el que afirma que "en última instancia, el problema con todos estos lugares de descubrimiento es este: sus algoritmos se basan en datos agregados en un modelo único válido para todos…”. “Para hacer un trabajo de descubrimiento –sostiene Sandusky–, tenemos que confiar en ofrecer libros que cubran una gama de gustos, que son mejor dilucidados por un grupo de personas que emite juicios. Esto es similar a la sección 'staff picks’ o de recomendación, de una librería local".
Basándose en esta afirmación, declara la periodista, un gran descubrimiento implica, principalmente, recomendaciones de seres humanos y una pizca de suerte (serendipity).
Missingham concluye su artículo afirmando que, si los editores son capaces de dominar estos tres factores: metadatos, SEO y serendipia, la senda del descubrimiento será mucho más fácil.
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