Más de la mitad de padres y madres en Argentina no lee con sus hijos sino que prefiere realizar otras actividades con ellos como jugar con el ordenador, tableta o play, mirar televisión o practicar deportes y actividades al aire libre. Aunque la mayoría reconoce los beneficios de la lectura, en la práctica elige hacer otras actividades con los niños.

 

Los datos surgen de una investigación de TNS Gallup Argentina, empresa de estudios de mercado e información para toma de decisiones, que se desarrolló en base a mil doscientas entrevistas a personas de todos los niveles socioeconómicos del país. Fue encargada por McDonald’s en el marco de una campaña de promoción de la lectura, que distribuirá dos millones de libros infantiles, y que contó con el apoyo de la Fundación Leer.

 

Ante la pregunta "Si los padres creen que la lectura es positiva, ¿por qué no la fomentan?", el 24 por ciento opta por compartir otras actividades con sus hijos, como jugar a la play y ver televisión; el 14 por ciento reconoce que no le interesa la lectura; el 12 por ciento afirma no tener tiempo para leer y el 8 por ciento sostiene que es una actividad aburrida.

 

Según el estudio, el 96 por ciento de los encuestados reconoció la importancia de leer desde temprano, el 95 por ciento coincidió en que estimula la imaginación y el 86 por ciento cree que fortalece la relación padres-hijos.

 

A pesar de esto, son pocos los que se sientan a leer con sus hijos: sólo la mitad (49 por ciento) respondió que lo hace con alguna frecuencia. Apenas el 9 por ciento declaró leer con sus hijos todos los días, 2 de cada 10 dijeron hacerlo varias veces por semana, y la misma proporción (20 por ciento) lo hace al menos una vez por semana.

 

El 30 por ciento de los entrevistados no lee con sus hijos o no puede determinar con qué frecuencia lo hace mientras que otro 21 por ciento no lo hace casi nunca: más de una vez al mes, una vez al mes o menos frecuentemente.

 

Los padres de los niños que menos leen señalaron que estos prefieren realizar otro tipo de actividades recreativas como jugar con la computadora, tablet o playstation (10 por ciento), mirar la televisión (7 por ciento) o practicar deportes y actividades al aire libre (7 por ciento) por sobre la lectura.

 

El desinterés por la lectura (14 por ciento), la falta de tiempo (12 por ciento) y el aburrimiento (8 por ciento) son también fuertes barreras para instalar la lectura como un hábito en los niños. Adicionalmente, 3 de cada 10 no puede reconocer ninguna barrera.

 

Julieta Rumí, en Minutouno recuerda que los resultados de la última prueba internacional PISA confirman que un niño que lee con sus padres logra un mejor desempeño en la escuela. Según el informe PISA, los estudiantes de 15 años cuyos padres leyeron libros con ellos durante su primer año de primaria tienen puntuaciones "significativamente más elevadas" que el resto. Y agrega: "La ventaja en el rendimiento entre los estudiantes cuyos padres les leen en sus primeros años de escolaridad es evidente, independientemente de los antecedentes socioeconómicos".

 

En tanto, Alfredo Dillon, en Clarín señala que "los datos invitan a revisar la vieja letanía de que los chicos no leen". Menciona que "según los expertos, la premisa para sembrar el hábito de la lectura es que los adultos den el ejemplo. Y ese ejemplo empieza por casa".

 

En ese sentido, Rebeca Anijovich, profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, advierte: “Podemos preguntarnos, desde nuestro lugar de adultos, de qué modo acercamos a los chicos a la lectura, cómo se las presentamos, qué ejemplo les damos. Es esencial preguntarnos de qué manera influye en los chicos y adolescentes la relación que los adultos establecen con la lectura y a su vez con las nuevas tecnologías”.