Finalizado el primer hackatón relacionado con el sector editorial celebrado en Londres y organizado por Futurebook, es el momento de saber cuál será el futuro del libro. Monty Munford, en un artículo publicado en The Telegraph, asegura que desde luego el libro va a cambiar, pero seguirá siendo un libro.

Estos encuentros han gozado siempre de gran éxito en los Estados Unidos –comenta Munford– pero el celebrado en Londres ha superado todas las expectativas. Aún así, el agente literario Simon Trewin advierte de que este hackatón no debe reducirse a lo hablado durante su celebración, sino que debe ser el comienzo de un matrimonio bien avenido entre el sector del libro y el mundo digital.
Matthew Cashmore, director digital de Blackwell´s, dijo que la edición y la venta de libros siempre se han visto como un coto cerrado durante mucho tiempo y añadió que la tecnología y los libros se tienen por enemigos naturales. Pero en su opinión, lo físico y lo digital pueden vivir “felizmente juntos” e iniciativas como esta son una oportunidad perfecta para unir ambos mundos.
El ganador de las cinco mil libras del premio fue Voices, que presentó su idea de un concurso para encontrar entre el público en general y a nivel nacional, la “voz de oro” en la narración de audiolibros.
El proyecto que ganó el premio a la mejor reutilización de material impreso fue Black Book, que concursó con una novela negra interactiva dirigida a un público adulto que emplea la tecnología y la tinta para presentar una historia no lineal en la que los lectores interactúan con los objetos que van apareciendo en las páginas en su intento por resolver un asesinato.
En la sección de “curación de contenidos” hubo dos ganadores: Monster, que se describe como el Shazam de los libros y Literograph, con el que se quiere cambiar la forma en la que los lectores descubren libros sobre temas que les interesa, mediante un sencillo widget que se integra en páginas web de periódicos y revistas.
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