El escritor canadiense Cory Doctorow, activista por una legislación de derechos de autor justa, se ha sumado a la campaña de la Electronic Frontier Foundation (EFF), llamada Apollo 1201, que aboga por la eliminación de candados digitales en bienes adquiridos como libros, música o películas.
La Electronic Frontier Foundation, que viene luchando por las libertades civiles digitales desde 1990, ha iniciado una nueva campaña para erradicar el Digital Rights Management (DRM),gestión de derechos digitales, en referencia a la Digital Millennium Copyright Act (DMCA), la legislación que en los EE.UU. impide a los usuarios la manipulación de los candados digitales en las cosas que poseen.
James Bridle, en The Guardian, al comentar la inciaitiva, subraya que se trata de una cuestión que está en el mismo corazón de la industria de contenidos y también en internet.
El periodista trae a colación la reciente salida de Tesco del negocio del ebook y la "elegante" solución que encontró para no dejar tirados a sus clientes al transferir a Kobo las bases de datos. Si bien Bridle señala que es plausible el compromiso de preservar las compras de los clientes, afirma que "sigue siendo una vergüenza que este tipo de transferencia sea incluso necesaria".
En su opinión, el almacenamiento de libros –o cualquier otra cosa– en "la nube" siempre supone un compromiso: todo lo que se tenga en una cuenta tiene un respaldo y supuestamente es seguro por un tiempo, aunque advierte que a la vez ese contenido está siendo controlado por el vendedor y no por el cliente que legalmente lo ha comprado.
En cuanto al fichaje por la EFF del célebre autor Cory Doctorow, co-fundador del blog Boing Boing, Bridle señala que la "Ley Doctorow", creada por el escritor, resume el dilema claramente: "Cada vez que alguien bloquea algo que posees, en contra de tus deseos, y no te da la llave, no lo está haciendo para tu beneficio".
Para Doctorow, y para muchos otros –agrega el periodista–, los ordenadores existen para hacer lo que nosotros les digamos que hagan.
Los desafíos legales contra el DRM apuntan directo al meollo de la cuestión: ¿somos nosotros o son corporaciones distantes y anónimas las que controlan no sólo nuestros medios de comunicación, sino el software en nuestros teléfonos, nuestros coches y nuestras alarmas de incendio? –apunta Bridle.
Sobre la implicación de Cory Doctorow en la campaña contra el DRM también Véase Lectura Lab.
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