Dos periodistas separados por el Océano Atlántico deciden compartir fotos en Twitter de las bibliotecas en las que se encuentran ¿un atentado contra los derechos de autor? Pues al parecer es lo que pensó la persona encargada del perfil en esta red social de la Biblioteca Británica.
El periodista Mathew Ingram se encontraba en Nueva York en una conferencia en la sala de publicaciones de la Biblioteca Pública de Nueva York y decidió compartir una foto de esta sala en Instagram y Twitter. Joh Gapper, otro periodista que se encontraba en la sala de lectura de la Biblioteca Británica, decidió hacer lo mismo, a partir de ahí saltaron todas las alarmas.
Compartir un momento en la vida a través de cualquier red social es para muchos algo divertido, pero para la Biblioteca Británica se trataba de algo que contradecía las condiciones de uso, por lo que le exigió a Gapper que eliminara la foto inmediatamente –explica Mike Masnick en un artículo publicado en Techdirt.
Las reacciones no se hicieron esperar y fueron muchos los que exigieron a la biblioteca que diera una explicación, la cual se limitó, en opinión de Masnick, a aportar argumentos al azar y sin sentido sobre los derechos de autor. “Los lectores no han dado su permiso para salir en la foto” –advirtió la biblioteca.
Mathew Ingram no entendía a qué se debía todo el revuelo, incluso en un momento dado pensó que era una broma, pero cuando comprobó que no era así, manifestó su opinión sobre lo absurdo de esta situación e hizo una llamada de atención sobre el hecho de que las personas que aparecían en la foto se encontraban en un lugar público, por lo que no entendía el argumento de esta biblioteca sobre los derechos de autor.
Para concluir, la Biblioteca Británica ha pedido disculpas y ha señalado que la información presentada por el personal era inexacta. También informa de que no se puede utilizar ninguna cámara dentro de la biblioteca, pero esto es algo que nada tiene que ver con los derechos de autor.
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