Marcia Díaz, capacitadora del programa BiblioRedes, a la luz de su experiencia de trabajo con todo tipo población marginal, está convencida de que la capacitación de las personas "puede ser clave en muchos casos para su posterior reinserción social".
Como se encuentra cerrado el laboratorio fijo en el que trabaja habitualmente, con PCs, donde enseña a utilizar internet y el ordenador, decidió movilizarse y llevar capacitación allá donde se necesite. “Nuestra labor principal es capacitar, para eso fuimos contratados –afirmó– y por eso tenemos que formar nuestras propias redes”. De hecho, desde que su laboratorio está cerrado, Marcia Díaz ha emprendido nuevas acciones formativas en talleres dirigidos a mujeres del servicio doméstico, la Junta de Vecinos de Las Quintas II y las Quintas III y el Centro Penitenciario de Iquique.
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Marcia Díaz explicó que las personas que acuden a los talleres se caracterizan por las ganas de aprender y el miedo al ordenador. La mayor parte son mujeres con una autoestima muy baja "con las que hay que trabajar primero para reforzar esa deficiencia".
En general atiende a un público con muchas necesidades y que se encuentra en situaciones vitales y entornos desfavorecidos o sin empleo, que se acerca a los talleres que imparte para encontrar un trabajo. También recibe a mujeres con problemas de comunicación en su entorno más inmediato, que quieren aprender el lenguaje que utilizan sus hijos o vincularse con miembros de su familia que viven lejos a través de la tecnología. Por lo tanto se enfrenta a la responsabilidad de cumplir esas expectativas.
Díaz, que realizó su trabajo en la Junta de Vecinos de Las Quintas en un entorno con dificultades económicas y problemas de drogadicción, explicó que para poner en práctica lo aprendido en el taller, una vez que ya ha establecido confianza con ellos, suele pedir a los alumnos que cuenten la historia de su vida en un Power Point y que la pongan en común con el resto de la clase. Subraya que "se crean situaciones muy emotivas, pues algunos es la primera vez que se dirigen a sus compañeros en público y algunas historias son difíciles".
Cuando cerraron su laboratorio, Marcia Díaz comenzó a trabajar, junto con su coordinadora, en capacitación de la población reclusa. “Siempre hay que cumplir los sueños y esforzarse en ello”. Esta idea fue replicada en otras regiones (Valparaíso, Rancagua, Temuco, Antofagasta…). Una vez finalizados los talleres de capacitación, los alumnos obtienen un certificado. Muchos siguen colaborando con BiblioRedes para impartir cursos sobre lo que saben o con trabajo. "La capacitación –dice– puede ser clave en muchos casos para su posterior reinserción social. No necesitamos marketing, el marketing es que el capacitado se vaya feliz", concluye Díaz.
El vídeo y la presentación de su exposición se pueden encontrar en la web del Encuentro. |