Los editores del Reino Unido han comenzado a dar los primeros pasos para apoyar a los libreros de este país. Aunque hay quien opina que todavía son necesarios más cambios, empiezan a aparecer modelos piloto que pueden ser beneficiosos para ambos sectores.

Sam Husain, presidente ejecutivo de la cadena de librerías Foyles, escribió hace tiempo una carta abierta a The Bookseller en la que pedía a los editores y proveedores un mayor apoyo para las librerías. En aquel momento manifestó que el modelo de venta había cambiado y que era necesario realizar un replanteamiento completo antes de que empezaran a desaparecer los minoristas.

Hace pocos días Husain se puso en contacto de nuevo con esta publicación e indicó que los editores empezaban a favorecer al gremio de los libreros. Se han dado cuenta, explica, de que las librerías son importantes. Lo mismo expresó Patrick Neale en la Bookseller Association Conference celebrada recientemente. Se necesitan hacer muchas más cosas, dijo, pero manifestó su satisfacción al comprobar la existencia de ciertos modelos experimentales que ya se están llevando a cabo en el Reino Unido.

Aunque ninguno de ellos ofreció demasiados detalles relacionados con estos programas piloto, Lisa Campbell y Joshua Farrington explican en un artículo publicado en The Bookseller, que la editorial Penguin ha empezado a ofrecer mejores condiciones a los libreros, como por ejemplo una ampliación en los términos de crédito de unos treinta días a un número determinado de librerías repartidas por el país.

Husain también aclaró que el apoyo no se limita a una sola editorial, sino que todas han presentado ciertos cambios en los últimos tres meses. Así por ejemplo, informa el artículo, se incluyen medidas según las cuales algunos títulos verán la luz en formato papel en lugar de digital.

Algunos propietarios de librerías coinciden en que se empiezan a ver ciertos cambios en la política de las editoriales de este país. Han aparecido ofertas y descuentos, comentan, en especial en estos últimos meses ante la inminente llegada de la temporada de Navidad.

Aún así siguen apareciendo voces, como la de Sheila O´Reilly, propietaria de la librería Duwich Books, que piden un mayor esfuerzo por parte de las editoriales y sugiere que los términos de los créditos sean de noventa días y que algunos géneros y títulos, se entreguen en consignación como por ejemplo libros de no ficción o novelas de escritores noveles.