La editora y escritora Julieta Lionetti ha publicado un artículo titulado "De eso no se habla" en el número 15 de la revista Trama y Texturas en el que analiza los pro y los contras de la política del precio fijo para el libro tanto en España como en países de Hispanoamérica al hilo de un proyecto de ley que impondrá en Francia el precio fijo sobre los eBooks y que, además, contempla su extraterritorialidad.
En el artículo, que también está disponible en Google.docs, Lionetti, que habitualmente se ocupa de temas relacionados con la edición en distintos foros y en su blog " Libros en la nube", alude a la comisión mixta, compuesta por siete senadores y siete diputados, que el 4 de mayo de 2011 aprobó por unanimidad el tratamiento de esa ley y aclara que "si el libro nació francés, aunque la transacción se realice en Sidney o en Singapur, la nueva ley lo alcanzará".
La editora subraya que "para ser más claros, alcanzará al ciudadano francés que desee comprar en una tienda global con sede fuera de su país" aunque advierte que todo esto ocurrirá "si Bruselas permite que Francia dicte leyes que regulen la actividad de empresas que no están en su territorio".
Lionetti reproduce la argumentación del ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand, frente al Senado para quien esta iniciativa contribuirá "al desarrollo de una oferta legal abundante, atractiva para el lector, que al mismo tiempo preservará una base estable de remuneración para los derechohabientes, en particular los autores".

Tras señalar que "la figura romántica del autor desvalido frente a los descuentos, aunque totalmente falaz, surte efecto en los corazones débiles" señala que eso ocurre "especialmente si desconocen los entresijos del reparto de la renta generada por la industria del libro, reparto en el cual el autor es solo uno de varios jugadores en permanente tensión".
Por otra parte, el ministro Mitterrand también defendió el proyecto de ley con el argumento de que responde "a un imperioso motivo de interés general: la protección de la diversidad cultural". Lionetti se pregunta "quién paga por esa diversidad inasible que, junto con la identidad forma parte de las esencias que, como tales, están fuera de discusión".
Lionetti también transcribe el deseo de Miterrand de que se llegue a una solución "que permita a los distribuidores establecidos en Francia jugar en igualdad de condiciones con aquellos establecidos fuera de nuestras fronteras" junto con su opinión de que "sería un hecho paradójico que ciertas plataformas de distribución de libros electrónicos escaparan a una regulación de esa naturaleza cuando tratan con lectores franceses".
En ese sentido Lionetti plantea el interrogante sobre cuántos franceses aceptarían "que sus bolsillos subvencionen la diversidad cultural esgrimida por la ley, que en realidad defiende el statu quo de una industria que se va tornando ineficiente y favorece la consolidación de una estructura de mercado que en cualquier otro rubro se identificaría con un cartel".
Igualmente señala que "estos lectores franceses recuerdan un poco a los habitantes de las colonias españolas en tiempos de los Borbones imperiales, a quienes les estaba vedado el libre comercio".
El artículo completo puede consultarse en este enlace.
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