¿Es la industria editorial como un enorme y lento petrolero al que le llevará bastante tiempo virar? ¿O más bien se parece a un barco de pesca en busca de los azules océanos donde todavía nadie ha capturado los peces? Estas y otras analogías náuticas surgieron en los debates que forman parte del programa sobre Future of Publishing [El futuro de la edición] que culminará en octubre en Bournemouth, un centro turístico costero del sur de Inglaterra.
La información la proporciona Alastair Horne, en su columna de FutureBook, que además opina que en estos días las conferencias sobre el futuro de la edición son tan populares como el Kindle, la mayoría de las cuales comparten los objetivos de provocar el debate y ofrecer oportunidades para mostrar el trabajo de los pioneros.
Horne señala que el programa de El futuro de la edición, que también contempla esos objetivos, al parecer ofrece algo diferente en cuanto a que está enfocado a facilitar la innovación en la actualidad.
En un resumen de la serie de encuentros donde se han explorado las soluciones prácticas para los desafíos que enfrenta la industria, el columnista destaca, entre otros, uno realizado en el barrio londinense del Soho, que reunió a participantes de todo el sector. Aunque los libreros brillaron por su ausencia –señala Horne– entre los presentes se contaban una serie de autores y un gran número de lectores.

Como era de esperar –dice el columnista– los lectores aportaron algunos de los temas de discusión más importantes. Debido a que los hábitos de lectura definitivamente están sometidos a grandes cambios, es más difícil que nunca saber adónde pueden conducir esos cambios, puesto que comprometen una serie de tendencias aparentemente contradictorias. Por ejemplo –menciona–, a pesar de la generalización de los eReaders y tabletas, la cantidad de tiempo empleada en leer en pantalla está disminuyendo.
Entre las razones que se apuntaron en el encuentro, figura la convergencia de los dispositivos y la mayor oferta a disposición de los consumidores de hoy. Aparte de que smartphones y tabletas han hecho más fácil a los lectores seguir leyendo en la cola del autobús o la sala de espera del médico, también les ofrecen una variedad de medios de comunicación para emplear su tiempo, desde juegos y la web hasta programas de televisión. Incluso Kindle ofrece revistas y blogs como alternativa a los eBooks.
Los editores también se llevaron lo suyo en la reunión –según Horne– ya que como era previsible, todo el mundo estuvo de acuerdo en que los editores deben responder a los cambios del mercado con la producción de contenidos en formatos que respondan a las divergentes necesidades de los lectores.
No obstante, los esfuerzos de los editores por defender sus propios intereses ya bajo sospecha de colusión, "hará difícil cualquier intento de recomponer el equilibrio de poder presentando un frente unido".
El artículo completo puede leerse (en inglés) en este enlace.
El programa de Future of Publishing se puede consultar en este enlace.
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