El Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro) surge de la mano de Antonio Rodríguez Menéndez, sociólogo, actor, director de teatro, dramaturgo y profesor en el Teatro Estudio Tuzla y en la Escuela de Lectura de Madrid. En la obra homónima de Ray Bradbury –que ha inspirado esta iniciativa– los libros están prohibidos y las personas que se resisten a dicha prohibición aprenden y guardan los textos en su memoria.
El proyecto de las personas libro busca precisamente eso: aprehender los textos, apropiarse de ellos, habitarlos y comunicarlos después a los demás en escuelas, bibliotecas y otros espacios.
En su intervención en el II Encuentro Internacional de Salas de Lectura celebrado en México, del 27 al 29 de Octubre de 2011, Antonio Rodríguez presentó este proyecto, que surge a comienzos del siglo XXI.
“Es más que un proyecto, es un movimiento ciudadano que busca crear una organización siempre abierta, progresiva, sin fronteras ni en el tiempo ni en el espacio, para mostrar que hay belleza, inteligencia y sensibilidad en las palabras de los seres humanos de todas las culturas y abrir con ello un resquicio a la esperanza de encuentro y convivencia", explicó.
Con él se hace una llamada a buscar, explorar y experimentar los elementos de conexión entre la ficción y la vida a través de la lectura vinculada, la palabra viva que sirve para el encuentro de las personas, reto, por otra parte, de todas las culturas y épocas. Es una palabra serena, sosegada y sincera cuyo verdadero objetivo es revolucionar las relaciones entre las personas.
Añadió que al igual que lo hacían los personajes en el mundo imaginado por Bradbury “el Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro) busca eso mismo: que la población ande por ahí recitando en voz alta sus libros. Es un verdadero plan". El título de la obra de Bradbury Fahrenheit 451, publicada en 1953 y llevada al cine por François Truffaut en 1966, hace referencia a la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde (233º C).
Para Rodríguez Menéndez, se trata de “entregar ese texto con palabra vinculada. Una niña con síndrome de Down la llamó palabras de chocolate fundido. Las usamos cuando tenemos a una criatura en nuestros brazos, o a un amor, o a alguien que se nos está muriendo. Son de las de verdad, de las que nos expresan bien. De las que no se diluyen en el aire ni intentan colonizar a quien las escucha. De las que llegan”.
Rodríguez Menéndez reivindica la palabra como un bien que hay que cultivar de forma constante y la lectura como un derecho que hay que defender entre todos. La mirada que respira es su libro de bitácora, donde expresa que el Proyecto Farenheit 451 "crece, y lo hace en torno a las bibliotecas y para extenderse no necesita dinero sino deseo, ese carburante inacabable que todo el mundo tiene, aunque a menudo tengamos que escarbar para encontrarlo".
Añade que el movimiento de las personas libro siempre es fruto de una co-elaboración, aunque el texto se elija en la más íntima soledad. Porque es co-elaboración, es sostenible y progresivo; porque no tiene dependencias, sino trabajo compartido que no es asalariado ni explota a nadie. Además, es un movimiento autogestionado, nacido del individuo que busca encontrarse con el otro, el prójimo, el próximo, o aproximarse al lejano".
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