Las editoriales tradicionales se sienten amenazadas por Amazon, según un correo electrónico recibido por la periodista y experta en nuevas tecnologías Sarah Lacey, y que ha decido publicar en Pando Daily, agencia de noticias estadounidense de reciente creación de la que es fundadora y editora jefe. Esta comunicación anónima ha sido objeto de atención por parte de diversos medios dedicados al análisis de la industria editorial y ha alcanzado, a pesar de su carácter aislado o anecdótico, cierta relevancia.
El remitente del mensaje, un trabajador de la industria editorial que pidió mantenerse en el anonimato, cree que el gigante estadounidense tiene en su punto de mira los márgenes de beneficios con los que cuentan las empresas tradicionales, al vender sus libros con unos márgenes mínimos, si no de cero. También asegura que los títulos y autores que siempre han supuesto unas ganancias seguras, están siendo su objetivo a fin de engrosar sus listas de éxitos.

En su correo, el comunicante anónimo describe el funcionamiento que durante años ha tenido la industria editorial hasta la aparición del gigante. Cuando éste redujo el precio de los libros en formato papel muchas empresas quisieron seguir sus pasos, pero la táctica tuvo como resultado la desaparición de editoriales como Borders o que otras, como Barnes & Noble, se vieran entre las cuerdas. Por no hablar de la desaparición de cientos de librerías independientes. Es manifiesto, según su opinión, que Amazon tiene como objetivo atacar directamente el margen de beneficio de las editoriales.
El firmante del correo dirigido a Sarah Lacey, continúa en su exposición analizando la situación en lo referente a los superventas. Esta persona describe el escenario como una “guerra de ofertas” y asegura que dentro del entorno editorial todo el mundo sabe cuáles son los libros que suponen un valor seguro. Todo se reduce, según este profesional, a cuánto se está dispuesto a pagar por ellos, prestando siempre atención a cubrir los gastos.
En el mensaje se enfatiza que en los últimos años la situación ha cambiado a raíz de la entrada en escena de Amazon. Esta firma, se asevera, paga en exceso por los libros o los autores que siempre han sido el sostén de las editoriales tradicionales, aunque esto le suponga perder dinero. La intención de Amazon, según el remitente del citado correo, no es llegar a ser el único lugar en el que la gente compre libros, sino que busca erigirse en la única empresa que los edite.
Por su parte, Sarah Lacey en su artículo y Chris Medows en un post publicado en Teleread, dudan que la situación sea tal y como se plantea en este e-mail.
Lacey no se cuestiona si son estos en realidad los planes que tiene entre manos el gigante editorial, pero espera que ejecutivos descontentos del sector como el que firma el mensaje aludido, reaccionen y que se empiezen a crear nuevos modelos, más innovadores. Sarah Lacey manifiesta que tiene la esperanza de que alguien con un nuevo plan haga resurgir al mundo editorial de sus propias cenizas.
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