La editorial estadounidense Simon & Schuster agregará códigos QR (Quick Response) en la contracubierta de todos sus libros en tapa dura y en rústica a partir del otoño de 2012. La editorial espera servirse de estos códigos para construir relaciones directas al consumidor, según revela Laura Hazard Owen en su habitual espacio en el periódico PaidContent.
La analista advierte que el veintiséis por ciento de las ventas de Simon & Schuster son actualmente digitales, y los códigos QR son vistos como una forma de vincular lo digital y con lo impreso.
Según informa Hazard Owen, Ellie Hirschhorn, responsable de contenidos digitales de la editorial, ha declarado en un reciente correo electrónico enviado a sus empleados que los códigos “facilitan a los consumidores la visita a nuestra página web y, una vez en ella, esperamos que estos se suscriban a uno de nuestros boletines de noticias”.
Hirschhorn revela que el escaneo o "lectura" del código QR de un libro "dirigirá al consumidor a la página móvil del autor en Simon & Schuster.com, donde los lectores podrán suscribirse para recibir mensajes electrónicos, navegar por otros libros del autor y ver vídeos”. Asimismo, Hirschhorn indica que las cubiertas de los libros también incluirán un enlace impreso que dirigirá a la página web del autor "para que los consumidores sin teléfonos inteligentes o lectores de códigos QR puedan encontrar fácilmente la página del autor”.

Además, Simon & Schuster sostiene que los consumidores podrán utilizar cualquier lector de QR para leer los códigos y que la compañía realizará un seguimiento del número de escaneos recibidos para cada título.
Sin embargo, Laura Hazard Owen se pregunta cómo escanean actualmente los lectores los códigos QR. Según revela la analista, Erica Ogg informó recientemente de que mientras que los códigos QR son muy populares en lugares como Japón, estos no han tenido todavía éxito en Estados Unidos. Asimismo, Ogg sostiene que la capacidad de escanear estos códigos es casi universal en los teléfonos inteligentes gracias a las aplicaciones y a los escáner integrados, pero aún así la gente no los acepta. Ogg señala que un reciente informe de Bloomberg Businessweek revela que sólo el cinco por ciento de los norteamericanos escaneó un código QR el verano pasado, a pesar de que los códigos aparecían en un ocho por ciento de los anuncios impresos.
Asimismo, este mismo estudio cita al director de una agencia de publicidad digital que afirma que "muy pocas personas quieren visitar la página web corporativa de una empresa, y menos aún desean hacerlo cuando leen una revista”. El estudio revela también que cada vez son menos las agencias de publicidad que utilizan los códigos QR, debido a que los consumidores no parecen prestarles demasiada atención.
En opinión de Hazard Owen, la iniciativa de la editorial Simon & Schuster de agregar códigos QR a sus libros probablemente no es costosa y merece la pena intentarlo, pero a su juicio queda por ver si los lectores realmente querrán consultar la página web de un autor o de un editor. Igualmente, la analista sostiene que los lectores que traten de escanear los códigos QR en las librerías posiblemente reciban la desaprobación de los libreros, ya que estos pensarán que están utilizando un escáner de código de barras, como la aplicación Price Check de Amazon, para encontrar un precio más barato online.
|