Hay quien considera que la interactividad es el santo grial en la mejora tecnológica de la creación literaria. Otros, como el profesor David Trotter, no creen que sea el alfa y el omega en la creación de literatura de ficción. Ahora bien, para el experto Chris Meadows, la tecnología ha permitido en los últimos años crear, colaborar y encontrar historias de una forma que nunca antes se hubiera podido ni imaginar.
En su artículo publicado en The Digital Reader, Chris Meadows hace un breve repaso de los cambios que la tecnología ha producido en las últimas décadas en lo que a creación literaria se refiere.
En sus años de universidad, Meadows conoció una lista de correo llamada Superguy en la que estudiantes universitarios publicaban y compartían sus historias. Su experiencia en universos en los que se compartían relatos fueron aumentando una vez acabados sus estudios, pero en su opinión quizá el mayor avance tecnológico llegó con la creación de Hydra, que más tarde pasó a llamarse SubEthaEdit. Se trataba de un espacio de edición compartida en la que varias personas podían escribir en un mismo documento a la vez. Esta idea fue adoptada más adelante por una aplicación en Windows/Linus que se llamó MooEdit y que más tarde desarrolló EtherPad, antes de que la comprara Google.

En la actualidad, continúa Meadows, con Google Docs es impresionante el alcance global que se ha conseguido. Hoy, explica, es posible compartir y colaborar en un documento con personas de distintos lugares, sin que eso suponga ningún esfuerzo ni coste. “Es como jugar a un juego –afirma– en el que hay pocas reglas, o lo más parecido a un juego de rol en el que puedes saltar dentro de los personajes que han creado los demás y rehacer cosas en caso de que sus creadores no lo hiciesen bien a la primera. ¡Es impresionante!”
Además de los aficionados a la lectura y los escritores en internet, en los últimos años muchos escritores profesionales se han sumado a los beneficios de la colaboración a través de la red, bien como divertimento o de manera profesional.
También esta forma colaborativa de la literatura en la red ha hecho posible que historias más especializadas o peculiares encuentren un lugar. Existen obras dirigidas a gustos muy específicos que simplemente no cuentan con el apoyo necesario para que se publiquen, pero de repente se crean comunidades de gente que comparten los mismos gustos en las que se publican y leen historias de forma gratuita.
Este periodista, que durante años ha sido colaborador en TeleRead, explica en su artículo cómo comparte con otros dos escritores un espacio en Google Docs en el que trabajan de forma conjunta en un mismo tema. Como aclara Meadows, nunca habría podido trabajar y conocer a estas personas si no hubiera sido por la tecnología.
En definitiva, a la pregunta de qué puede hacer la tecnología para cambiar la ficción literaria, Chris Meadows responde que permite crearla, colaborar en su creación y poder encontrar las historias de una manera que nunca antes hubiera podido siquiera imaginarse.
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