El editor de Acantilado, Jaume Vallcorba, reflexiona sobre los requisitos de una lectura exigente y defiende la existencia de una educación cultivada y “un diálogo fructífero adelante y atrás en el tiempo y en los géneros”.
¿Una posible extensión de una lectura ligera acabará por dejar a los lectores incapaces de leer textos exigentes? “Ha circulado como moneda de curso legal una filfa en los últimos años que ha dado prioridad a la imagen por encima de la palabra”, afirma el editor Jaume Vallcorba en el vídeo de esta página. “Por encima de todo, la palabra”, sostiene el editor sobre un tema que trató en su discurso de recepción del Reconocimiento al Mérito Editorial de la Feria del Libro de Guadalajara en 2010 (cuyo enlace figura a pie de página), y recuerda que la palabra organiza y articula el pensamiento: “Es evocativa, la imagen no, un olor es mucho mas evocativo que una imagen, una melodía es mucho mas evocativa que una imagen”.
De tal modo que el lector del futuro pueda entender o no a Montaigne dependerá mucho de los sistemas educativos, “es fundamental que en un sistema educativo se enseñe que estamos viviendo de un pasado que transformamos y transmitimos transformado, mejorado, si es posible, a nuestros hijos”. Vallcorba, profesor en la universidad durante muchos años, no considera el mundo cultural un ecosistema, sino “algo cultivado, y lo cultivado es fundamental. Si la educación cultiva no hay ningún problema. Montaigne entendió perfectamente a Lucrecio, lo cita constantemente, Lucrecio es alguien que está muy alejado de Montaigne pero lo cita y lo trabaja y lo digiere y lo mezcla con toda la tradición”.
Para Jaume Vallcorba, editor, entre otros muchos libros, de los Ensayos, de Montaigne, o de La música como discurso sonoro, de Nikolaus Harnoncourt, una aportación esencial al pensamiento musical contemporáneo desde “el análisis de la filosofía de la música antigua”, al mundo de la cultura, es precisamente “ese diálogo fructífero adelante y atrás en el tiempo y en los géneros”.
“Todo dependerá de la educación. Si a uno le dan una edición de Proust con las imágenes de localización, van a asesinar la imaginación de la gente”, decía Jaume Vallcorba en un reportaje de Javier Rodríguez Marcos publicado en El País durante la Feria del Libro de Madrid de 2010. “Lo importante no es tanto el medio como la actitud que uno tiene ante las cosas. Para leer necesitas un determinado estado de espíritu. Lo que uno lee en pantalla lo olvida con mayor facilidad. Con el libro electrónico nos puede pasar como con el vídeo: grabamos un montón de películas para luego no verlas jamás”.
“Lo que puede diferenciar a la literatura de calidad de la de consumo es, en buena medida, la mayor complejidad de la primera respecto de la segunda. Su mayor densidad y pertinencia significativas, así como el juego constante, paralelo al de la música, entre lo reconocible y la sorpresa”, afirmaba el editor en un artículo publicado en Letras Libres en 2009. “Una complejidad de tipo estilístico y retórico, en la que no juega un papel importante la remisión referencial interna hacia la propia tradición –me apresuro a afirmar que, como es natural, no me estoy refiriendo a la pedantería de la cita vacua, sino que hablo de la que remite a una vida real, la que establece aquella convivencia que hace contemporáneos a Cicerón y Petrarca, a Apollinaire y Arnaut Daniel”.
Por tanto, una educación cultivada es esencial, defiende Jaume Vallcorba en el vídeo de esta página, y concluye: “Eso estará siempre en manos de los maestros. Yo devolvería la educación a los maestros y dejaría que volvieran a trabajar con ese profundo amor que han tenido siempre a la enseñanza”.
Jaume Vallcorba participó en abril de 2013 en el Encuentro de Editores Europeos organizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en Casa del Lector.
Biografía y obra de Jaume Vallcorba
Encuentro de Editores Europeos. Abril, 2013. Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Casa del Lector. Madrid
El futuro de la edición literaria de calidad. Jaume Vallcorba. Septiembre, 2009. Letras Libres
El libro resiste la tormenta. El País. Junio, 2010.
|