El problema relacionado con la descubribilidad de libros recae en ocasiones en la cantidad ingente de títulos que se publican, pero para Stephanie Anderson, voz del blog Bookavore, da la impresión de que son los editores los que en realidad quieren que los lectores se enfrenten a este problema.
Durante muchos años ha trabajado con lectores –comenta Stephanie en un post publicado en su blog– y muchas son las quejas que durante este tiempo les ha escuchado: que tienen demasiados títulos que leer, que sus escritores favoritos no escriben los suficientemente rápido, que sus libros no están todavía en edición de bolsillo, incluso que en estos momentos hay tanta oferta televisiva de calidad, que es básicamente imposible equilibrar el tiempo que se emplea en leer y el que se dedica a la televisión. Lo que nunca les ha escuchado decir –continúa– es que no pueden encontrar nada para leer.

Es consciente –asegura– de que existen lugares en donde la gente tiene serios problemas para encontrar algo que leer. Por ejemplo, en aquellos donde la conexión a internet no está garantizada, en sitios en los que solo se puede comprar un libro en una tienda de alimentación, lugares donde los recortes presupuestario han hecho que el horario de una biblioteca sea mínimo o inexistente o en los que la alfabetización de adultos no es un asunto prioritario.
Además –concluye– hay muchos lectores potenciales que se sienten completamente desconectados de los libros y de la lectura en su conjunto, ya sea por las razones anteriormente mencionadas o porque a la industria no le interesa lo que estas personas quieren leer.
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