Los estudiantes hoy tienen infinidad de herramientas y nuevas tecnologías al alcance de su mano y aunque muchos educadores saben de sus beneficios, también reconocen sus fallos. Una infografía realizada por la empresa californiana oBizMedia ha tomado el concepto del estudiante ciborg y se ha centrado en destacar la labor de la tecnología como herramienta que facilita la educación.
La definición de ciborg, según Wikipedia, es la de una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de tecnología.
Para la ejecución de esta infografía –informa Katie Lepi en un artículo publicado en Edudemic– se tomó como base la idea de que los estudiantes y los profesores en los Estados Unidos son cada vez más dependientes de la tecnología, pero a su vez se defendió la idea de cómo ésta facilita el aprendizaje de una manera positiva.
¿Hasta que punto “somos” dependientes de la tecnología?
- Un veintitrés por ciento de los profesores estadounidenses utiliza semanalmente algún medio social con fines profesionales.
- Casi un cincuenta por ciento de los educadores en este país ha publicado en algún medio social en el último mes.
- Un cuarenta y siete por ciento de las facultades norteamericanas utiliza el vídeo y otros medios sociales a la hora de enseñar y poco más del treinta por ciento utiliza sólo vídeos.
- La mayoría de las facultades ve que un vídeo en Youtube tiene más valor en la clase que un podcast, un blog, Facebook, Twitter o cualquier otra red social.
- Un veinticinco por ciento de los estudiantes norteamericanos ha participado en alguna clase online.
- La mayoría de las instituciones de Estados Unidos están convencidas de que llevar los cursos a la nube es, a largo plazo, lo mejor para sus escuelas.
- Un noventa y nueve por ciento de las escuelas estadounidenses tiene acceso a internet.
- Los estudiantes emplean la tecnología de forma aplastante para solucionar problemas, analizar datos o realizar cálculos, seguidas de otras tareas más básicas como la escritura o la investigación, siempre desde un ámbito de escuela y no para uso personal.
- Existen más de veinte mil apps educativas para iPhones.
- Más de tres mil universidades acreditadas online.

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