Los ciclos de venta de los libros electrónicos son distintos de los de los libros impresos, lo que plantea si sigue siendo adecuado seguir analizando las estadísticas de venta a comienzos de año o será necesario hacerlo también a mediados.
Esta inquietud la plantea Michael Kozlowski en
Good eReader a partir de los datos publicados recientemente por Nielsen BookScan que reflejan que se venden más libros electrónicos en la primera mitad del año, quizás porque es en la campaña de Navidad cuando la gente adquiere tabletas,
smartphones o
e-readers y después compra contenidos para leerlos en ellos.
Según los datos de la consultora –de los que anteriormente también se ocupó
Lectura Lab–, se compran más libros impresos en los tres últimos meses del año que en el resto, un hecho suficientemente conocido en el mundo editorial, recuerda Kozlowski.
Por eso tradicionalmente se ha monitorizado el estado de la industria en enero, justamente después de la campaña navideña. A su juicio, la evidente diferencia en los ciclos de venta de libros impresos y electrónicos deberá plantear si sigue siendo adecuado analizar las estadísticas de venta a comienzos de año o habrá que hacerlo también a mediados.
Añade que por otra parte, este dato pone sobre la mesa la necesidad de interpretar con cautela los datos sobre venta de libros electrónicos. El hecho de que este dato fluctúe a la baja durante los últimos meses del año no debería ser explicado, por lo tanto, como un desinterés hacia este formato, sino como una fase del ciclo anual.
Una de las razones por las que los ciclos de ventas son diferentes está en que la gente prefiere regalar libros en papel porque son un objeto físico –indica Kozlowski– ya que los lectores compran libros electrónicos para ellos mismos. De ahí que las ventas de ebooks no tengan tanto éxito como las del libro impreso durante la Navidad, concluye.