Hacer que un cliente potencial pase del contenido gratuito al de pago es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los editores de libros. Joe Wikert, en un artículo publicado en su página web, ofrece algunas sugerencias en torno a este tema.

Las muestras gratuitas de libros electrónicos son algunas de las herramientas que más utilizan los editores con la intención de que los lectores acaben comprando el libro. Pero ni las muestras tienen la calidad que se espera ni tampoco es fácil compartirlas –afirma Wikert.
El hecho de informar a un posible cliente de que un nuevo libro ya está disponible, tampoco hace que éste acabe comprándolo. Wikert, analista y experto en contenidos digitales, confiesa que nunca ha hecho una compra de un libro electrónico a partir de un boletín informativo recibido en su dirección de correo electrónico.
Admite que lo que verdaderamente le gustaría es tener acceso a una muestra gratuita pero de mayor tamaño, además de recibir información interesante sobre libros nuevos o antiguos. Este servicio –continúa– no sólo debe sorprender sino también deleitar al cliente potencial, invitarlo a que vuelva a esa página web en busca de ofertas inesperadas o incluso personalizadas.
El contenido que se distribuye debe ser gratuito y estar fuera de jardines amurallados. El material debe estar disponible para que su descarga sea posible en cualquier aplicación de lectura que el cliente elija. También debe aparecer un botón de compra al final de la muestra al que estén vinculados todos los minoristas y la web de la misma editorial.
Este servicio debería de estar desarrollado fuera de la cadena de minoristas –aconseja Wikert– ya que de lo contrario sería una nueva versión de de esos “jardines amurallados”.
Para que esto tenga éxito –concluye– editores y autores deben estar dispuestos a que su contenido esté disponible de forma gratuita, aunque esto les suponga un gran dilema. |