Los editores temen que una política de precios bajos en los libros electrónicos pueda acelerar la adopción de los libros digitales por parte de los consumidores y esto cause grandes pérdidas en la economía de los libros impresos y provoque estragos en el actual modelo de negocio. Esta es la opinión de Jane Litte, colaboradora habitual de Teleread, en un artículo sobre el tipo de competencia que ha fomentado el mantenimiento del precio fijo en los libros electrónicos.
Las reflexiones de Litte surgen raíz de la noticia de que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos está preparando una petición para demandar a cinco de las editoriales norteamericanas más importantes junto con Apple, por confabular para mantener precios artificialmente altos para los libros digitales.
Según informa Litte, este hecho tuvo su origen en enero de 2010, después de que la editorial Macmillan amenazara con retirar su catálogo digital completo de Amazon a menos que la compañía estadounidense aceptara nuevas condiciones. Según los nuevos términos, Macmillan fijaría los precios de los libros digitales de Amazon, y a otros minoristas no se les permitiría ofrecer descuentos.
Esto se conoció como “Agency Pricing” [Modelo agencia de fijación de precios], mediante la cual el editor controla el precio y el distribuidor no está autorizado a efectuar descuentos. Pero Litte afirma que este es un término erróneo, ya que, según ella, lo que los editores están haciendo es participar en el mantenimiento del precio de venta, no en la Agencia de Fijación de Precios. Para Litte, permitir que Amazon aplique precios inferiores haría peligrar otros intentos de entrar en el mercado.
Según estima Litte, buena parte del debate en torno al modelo agencia de fijación de precios entraña una cuestión de libre concurrencia. En su opinión, los editores acabarán defendiendo que sin el modelo de agencia la competencia en el mercado disminuirá, y como ejemplo señalarán el descenso de las ventas de libros impresos. Además considera que el objetivo de los editores probablemente sea establecer una definición amplia de mercado que incluya tanto libros impresos como electrónicos, el comercio de libros de ficción y no ficción, y trabajos académicos. Litte cree que esto puede funcionar tanto a favor como en contra del editor, y señala como una de las causas que Amazon sólo tiene el dominio de mercado en las categorías de obras digitales de ficción y no ficción, pero sin embargo no lo tiene en el mercado de libros de texto digitales, ni en el de los libros de texto impresos.
Según Litte, los editores creen que la agresiva fijación de precios digitales por parte de Amazon está condenando a las librerías independientes, provocando una bajada en las ventas de libros impresos, además de un descenso en los negocios de venta de obras en papel. Sin embargo, Litte llama la atención sobre una cuestión que los editores no están teniendo en cuenta y que para ella es relevante: en qué medida el modelo agencia de fijación de precios ayuda o no a aumentar la competencia a través del aumento de precios a los clientes. Y señala dos motivos para sostener una respuesta negativa:
- No ha habido un aumento de librerías tradicionales independientes desde 2010, cuando las editoriales impusieron el mantenimiento de precios fijos en la venta de libros impresos.
- No ha habido un aumento de librerías independientes digitales desde 2010.
Jane Litte considera que el modelo agencia de fijación de precios (también conocida como Mantenimiento del Precio de Venta) fue diseñada para frenar la adopción de libros electrónicos, impulsar las ventas de impresión, y apartar los mercados de Amazon, pero según ella, no fue diseñada para aumentar la competitividad en el mercado. Y en su opinión, mantener precios artificialmente altos no aumenta dicha competencia en el mercado.
Litte finaliza su reflexión enunciando algunas ideas para luchar contra el monopolio de Amazon, y entre ellas incluye el establecimiento de programas de lealtad y recompensas, opciones de filtro y mejores herramientas de búsqueda.
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