La Enciclopedia Británica ha anunciado que dejará de imprimirse en papel, después de doscientos cuarenta y cuatro años editándose desde que fue publicada por primera vez en Escocia en 1768, para centrarse en su edición digital y en herramientas educativas.
La compañía editorial ha declarado que poner fin a la edición impresa de la enciclopedia de treinta y dos volúmenes es el último paso hacia un movimiento en favor de la publicación digital y la ampliación de su gama de productos educativos.
Jorge Cauz, presidente de la Encyclopaedia Britannica, ha afirmado que “el fin de la versión impresa estaba previsto desde hace tiempo”.
Un portavoz de la compañía ha declarado a The Bookseller que pronto se lanzará en el Reino Unido una aplicación de suscripción para iPad, y que las aplicaciones para niños se están negociando actualmente. Asimismo, ha manifestado que “el modelo de suscripción es lo que estamos viendo en el futuro”.

La compañía ha revelado además que en los últimos cuatro o cinco años su volumen de ventas físicas había disminuido y que las ventas de impresión son ahora menos del diez por ciento de sus ganancias operativas. En 2010, según informa, vendieron ocho mil copias impresas por debajo de las ciento veinte mil que vendieron, por ejemplo, en 1990. Jorge Cauz asegura en declaraciones a Reuters que "la edición impresa se hizo más difícil de mantener y no era el mejor elemento físico para ofrecer la calidad de nuestra base de datos y la calidad de nuestra editorial'.
Asimismo, y en relación a Wikipedia, uno de los máximos oponentes a los que se enfrentará en la red, Cauz advierte que “no se trata de defendernos de la Wikipedia, pero tenemos que diversificar y digitalizar”. Según Cauz, la Enciclopedia Británica, quiere competir aportando "mayor rigor", ya que, señala, sus editores son profesionales especializados.
La noticia ha tenido amplia repercusión en los medios de comunicación de todo el mundo y personalidades del mundo de la cultura como el ensayista y escritor Alberto Manguel o la experta en digitalización, Milagros del Corral, han escrito en El País y ABC, respectivamente, acerca de la desaparición de de la más clásica de las enciclopedias, inmortalizada hasta por el escritor Jorge Luis Borges.
"Con la decisión de no publicar más la Encyclopedia Britannica (cuya undécima edición Borges consideraba una obra maestra literaria) –dice Manguel– se cierra una era en la que trocitos de saber universal estaban a nuestro alcance en nuestros anaqueles". El autor de Una historia de la lectura admite que la enciclopedia virtual sin duda es "más veloz, más fehaciente, más al día" pero subrya que "sin embargo hay en la lectura demorada, en la curiosidad sin prisa, en la vista material de las riquezas que la vasta enciclopedia de papel prometía, algo que no puede reemplazarse con la mera eficacia electrónica. Quizá sea la nostalgia de saber que no podíamos saber todo" –dice.
Milagros del Corral, que fue directora de la Biblioteca Nacional de España, en un artículo titulado "La última lágrima de papel" sostiene que "de alguna manera hoy es un día que marcará la historia del libro", en referencia a la decisión de no seguir publicando la Enciclopedia Británica en papel. "Es el triunfo de la información inmediata, continuamente enriquecida y actualizada por miles de voluntarios anónimos y distribuida a coste cero según el modelo de la ya también mítica Wikipedia" –opina Del Corral. Tras señalar que este será también el destino de otras líneas editoriales como diccionarios, compilaciones jurídicas, vademécum médicos y farmaceúticos, guías turísticas, etcétera, "somos muchos los que despedimos con nostalgia la entrañable y bella edición en papel que tantos años nos acompañó, hoy ya objeto de culto".
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